sábado, 31 de enero de 2015

La enfermedad de los sueños - No tengo tiempo


LA EXCUSITIS O LA ENFERMEDAD DE LOS SUEÑOS
“Ves cosas y dices,"¿Por qué?" Pero yo sueño
 cosas que nunca fueron y digo, "¿Por qué no?"”
Bernard Show

El doctor David J. Schwartz es quizás la persona que mejor la define en su libro “La Magia de Pensar en Grande” donde manifiesta que “Es una enfermedad endémica que se agrava si no es atacada a tiempo pues si no se erradica, termina causando dos enfermedades aun más graves: la Desmoralitis y la Fracasitis. La enfermedad se manifiesta con agudos ataques de las más variadas excusas. Las excusas son las mentiras con que queremos convencernos a nosotros mismos para no hacer algo, o para evadir responsabilidades ante la vida”.  Las frases más típicas de esta enfermedad son:

NO TENGO TIEMPO
“Un síntoma de que estamos matando
nuestros sueños es la falta de tiempo”
Paulo Coelho

¿Para qué mentir?  Muchas veces es lo mismo que decir "no tengo ganas".  Es curioso que la gente más ocupada es justamente la que encuentra a veces más tiempo para hacer otras cosas. De hecho, si queremos que algo se haga debemos encomendarlo a una persona ocupada. ¿Será que los que han triunfado en la vida disponen de más tiempo que aquellos que no han hecho realidad sus sueños?
Pienso que no. Todo ser humano dispone de las mismas 24 horas diarias. La diferencia está en cómo las utilizamos. Algunos se dedican a hacer lo urgente y sobreviven, otros en cambio hacen lo importante y viven disfrutando de la vida. Tan simple como eso, tan sencillo como eso. Diariamente papá Dios nos consigna en nuestra cuenta del tiempo 86.400 segundos, los mismos que debemos gastar en su totalidad pues no son acumulables. Como los gastemos es responsabilidad nuestra, gracias al libre albedrío que Él nos dio.
Si malgastamos ese tiempo, después no podemos quejarnos diciendo que el tiempo no nos alcanzó para hacer lo que teníamos que hacer. Simplemente no lo supimos utilizar y punto. Pues al igual que el conejo de Alicia en el país de las maravillas, siempre andamos a las carreras muchas veces sin rumbo fijo.
Aunque se dice que “el tiempo es oro”, difícilmente el tiempo se podría comprar con todo el oro del mundo. Cualquiera sea nuestra fortuna personal no podremos comprar un minuto más cuando nos llegue la hora de partir. Todos tenemos diariamente exactamente la misma cantidad de tiempo; la diferencia está en cómo lo utilizamos. El tiempo no se puede ganar pero si se puede perder. El tiempo, usado con acierto, nos puede proporcionar no sólo dinero, sino, además, la realización de nuestros sueños y el logro de nuestros objetivos.

Proxima entrega: La excusa de no tener dinero.

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viernes, 30 de enero de 2015

Ladrones de sueños


LADRONES DE SUEÑOS
“Confiad en los sueños porque en ellos se esconde
 la puerta de la felicidad”.
 K. Gibrán

El ladrón más grande de la historia es el cementerio porque ha robado los sueños de la gente, de personas que no pudieron realizar sus sueños, los libros que no se escribieron, los negocios que no se hicieron, las palabras que no se dijeron, todos ellos fueron a parar al cementerio.
Otros ladrones de sueños son los integrantes de nuestra propia familia o amigos que nos limitan con palabras tales como: Eso no se puede, usted no es capaz, usted no sirve para nada. Al respecto el maestro y conferenciante Alfredo Sterling afirma que “una bala hiere el cuerpo, una palabra hiere el alma”. Y es que, por lo general, las heridas físicas sanan; más la herida que causa una palabra difícilmente se olvida.
Curiosamente las personas que más duro nos tratan son nuestros propios familiares y amigos. Difícilmente una persona que no conocemos nos trata o nos dice las barbaridades que suelen decirnos las que si nos conocen y que dicen ser nuestros “seres queridos”. Si eso lo hacen nuestros “seres queridos” ¿que no podrán hacer los que no nos quieren tanto? Aunque la verdad sea dicha, muchas veces es mejor vivir con desconocidos que tienen más solidaridad con nosotros que con nuestra propia familia o amigos. Obviamente no estoy generalizando pues existen familias muy unidas y amigos que son verdaderos tesoros.
El actor Kevin Costner dice que “los sueños son nuestra primera víctima en la vida pues la gente tiende a renunciar a ellos con mayor rapidez que a cualquier otra cosa y a cambiarlos por una realidad”.
Durante los años que tenemos hemos escuchado miles de veces las palabras NO y PERO pues a muchas cosas que decimos le colocamos un PERO o comenzamos la frase con una negación: NO me quieres. NO sé cuando vas a aprender. NO creo en nada ni en nadie. Ese sería un gran negocio, PERO creeré en él cuando cambie el cheque. Fulanito de tal es una excelente persona PERO no soporto su perfeccionismo. Al respecto el médico neuropsiquiatra alemán Friedrich Salomón Perls afirmaba que “Hay que descontar todo lo que este antes de la palabra PERO; la repuesta verdadera viene después”.
El día que uno va más motivado al trabajo es el primer día porque está lleno de entusiasmo, de expectativas, de esperanzas, de ideas. Sin embargo cuando uno quiere comenzar a hacer las cosas de determinada forma o como piensa que es más fácil y rentable para la empresa; no ha de faltar la persona que le diga que no lo haga así, porque, en esa empresa siempre se han hecho las cosas de determinada manera y que durante años han funcionado bien. Entonces uno tiene dos alternativas o se adapta y hace las cosas “como siempre se han hecho” o renuncia al cargo. Por lo general se hace lo primero porque “tengo que” ganarme la vida de alguna forma y estos no son tiempos para estar soñando o queriendo hacer las cosas como uno quisiera. ¡Ni más faltaba!
Cuando apenas comenzamos algún proyecto, lo más importante es no permitir que nos roben nuestros sueños. Fracaso es una lección, derrota es haberse dado por vencido. De nosotros depende seguir girando como corcho en remolino o luchar por hacer realidad nuestros sueños.

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jueves, 29 de enero de 2015

Sin sueños?


¿QUÉ SUCEDE SI NO TENEMOS SUEÑOS?
Los sueños son sumamente importantes.
 Nada se hace sin que antes se imagine”
 George Lucas
                                            
No hay nadie que no tenga un sueño. Todos tenemos esperanzas, aspiraciones, visiones y sueños, pero estamos tan “ocupados” haciendo lo urgente que nos olvidamos lo importante que es hacer realidad nuestros sueños.
La mayor parte de la vida la pasamos haciendo lo urgente, viviendo el día a día, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, ganando lo suficiente para pagar las necesidades básicas. Lo más triste de todo es que, por lo general, no hacemos lo que nos gusta sino lo que nos toca. Sintiéndonos cada día más frustrados, más aburridos y decepcionados. Terminamos haciendo tareas o funciones muy diferentes para las cuales nos capacitamos. Años de estudio y preparación académica sub-utilizados y muchas veces no tenidos en cuenta. 
Varias son las razones que damos para justificar nuestra mediocridad, como por ejemplo, decir que en el país donde vivimos no hay oportunidades de empleo, que la situación económica mundial no nos permite hacer otra cosa o que el gobierno no nos ayuda para nada. Es ahí donde debemos recordar la célebre frase del ex presidente Norteamericano John F. Kennedy cuando decía “no se pregunten lo que su país puede hacer por ustedes; pregúntense lo que ustedes pueden hacer por su país”. Por lo general siempre estamos esperando que algo o alguien cambie nuestra vida. Ese golpe de suerte por el que apostamos el dinero que no tenemos, o ese milagro que siempre estamos pidiendo a todos los santos y santas del cielo.
El reverendo Jesse Jackson afirma que “Lo lamentable de la vida no es dejar de realizar un sueño, sino dejar de tener un sueño para realizar”.
Una de las mayores causas para desarrollar muchas de las enfermedades que actualmente llenan hospitales y cementerios es la producida por “los tengo que”. Tengo que hacerlo yo, tengo que hacerlo hoy, tengo que hacerlo en tanto tiempo, tengo que hacerlo de tal manera, etc. Nos sentimos imprescindibles, pues pensamos que si no lo hacemos nosotros nadie lo hará y hasta llegamos a pensar que somos inmortales, que todo gira a nuestro alrededor y que si morimos todo morirá con nosotros. La verdad es que nos vamos a morir y lo más curioso y probable es que las cosas funcionen mejor sin nosotros; el mundo seguirá girando y más pronto de lo que pensamos nos olvidarán.
Quizás uno de los mayores pecados que el ser humano pueda cometer es el pecado de omisión. El no haberlo intentado, el no haber luchado por hacer realidad nuestros sueños. Es mejor tener una remota oportunidad que no la más remota oportunidad. Es cuando, al final de nuestros días, ya viejos y sin fuerzas, muchas veces nos preguntamos ¿Qué habría pasado si…? Desafortunadamente nunca lo intentamos, nunca nos atrevimos, nunca dimos el primer paso, nunca tuvimos la iniciativa suficiente para averiguar lo que hubiera pasado.
Al respecto mi padre solía decir “Hombre cobarde no goza mujer bonita”. Siempre estamos esperando una mejor oportunidad, el mejor momento para hacer las cosas. La frase aquella de que, hay tres cosas en la vida que no regresan: la palabra dicha, la flecha lanzada y la oportunidad pérdida; no es del todo cierta pues las oportunidades no se pierden, por lo general las aprovechan otros.
Los antiguos griegos y romanos, expertos en crear dioses, tenían la diosa ocasión u oportunidad, representada por una hermosa doncella, la cual solo tenía un mechón de pelo cubriendo su cara y la parte de atrás de su cabeza totalmente calva, de ahí el dicho aquel de que la oportunidad la pintan calva. Cuando se veía venir a la diosa oportunidad y se lograra coger del mechón de pelo, ella haría realidad todos los sueños; sin embargo si se dejaba pasar ya no había de dónde cogerla y la oportunidad se perdía.
Muchas personas prefieren perder la oportunidad porque aprovecharla requiere de mucho trabajo y duro esfuerzo. Curiosamente muchas veces hay que decirle no a las oportunidades pues al igual que en la historia de Pablo Coelho, en su libro El Alquimista. El tesoro puede estar precisamente donde estamos.
Y es que cuando uno piensa demasiado una cosa, no la hace. Nos quedamos  en  parálisis por análisis, encontrando demasiadas dificultades. Por ejemplo: Si se le propone a alguien un negocio y lo primero que saca nuestro futuro socio es una calculadora; es muestra inequívoca de que sería un mal socio y lo mejor es no hacer el negocio con él. Por bueno que el negocio o proyecto sea, las cifras nunca van a dar pues, una cosa es plasmar en el papel un negocio o un proyecto y otra muy diferente llevarlo a cabo.
¿Ha hecho usted alguna vez una fiesta en casa o a estado en el ramo de la construcción? Pues bien, por muchos que hayan sido los presupuestos o los cálculos hechos, en el 99.99% de los casos, nunca van a dar. Por lo general algo queda faltando para la fiesta o hay que hacer una adición a los presupuestos para la construcción.
El posible socio que lo primero que saca es la calculadora para ver si el negocio es viable o no, es un socio conflictivo. Siempre estará pegado a los presupuestos, a las cifras, a los resultados. Sera un verdadero obstáculo para cualquier empresa o proyecto. Es cierto que deben hacerse estudios posteriores a la idea inicial, obviamente que si, no estoy poniendo en tela de juicio tal cosa. Así es que nada de nervios.  Los presupuestos deben hacerse, los estudios deben llevarse a cabo, las estadísticas hay que tenerlas en cuenta, los análisis son de vital importancia. Sin embargo, lo importante, lo verdaderamente importante es la emoción que puede generar la idea o el proyecto.
Si este no genera ningún tipo de emoción, difícilmente se llevará a cabo. Siguiendo con el ejemplo de la fiesta en casa. Nadie haría una fiesta pensando en las cosas que posiblemente se van a estropear, la basura que hay que votar, el aseo posterior que hay que realizar, los borrachos que hay que soportar, los vecinos que se van a quejar, etc. Cuando se piensa realizar una fiesta en casa, es pensando en lo bien que se va a pasar con los amigos que se van a invitar, en los deliciosos platos que se van a degustar, en la amiguita o amiguito que vamos a poder conquistar o reconquistar, etc.
Si por ejemplo se trata de la construcción de un edificio no vamos a pensar en todos los estudios que hay que realizar, las licencias que hay que conseguir, los presupuestos que hay que buscar, la cantidad de operarios que hay que contratar, la maquinaria que hay que adquirir, los terrenos que hay que comprar, la tierra que hay que remover, los imprevistos que hay que sortear, etc. Por lo general pensamos  en el diseño del edificio, en lo bonito que va a quedar y en la rentabilidad que va a generar cuando esté terminado.
Otro ejemplo es el matrimonio (que susto); ese si es un proyecto o empresa bien pero bien difícil. Una fiesta o edificio uno sabe cuando comienza y cuando debe terminar. En cambio el matrimonio; si nos basamos en la sentencia aquella que es hasta que la muerte nos separe; eso si es para machos y no para muchos. Afortunadamente ese veredicto ha ido cambiando y ya no es hasta que la muerte nos separe sino hasta que la plata, otro u otra nos separen.
Sé que los que están en contra del divorcio estarán poniendo en este momento el grito en el cielo y se estarán rasgando las vestiduras e inundaran mi correo electrónico de quejas, reclamos e insultos como tantas veces lo han hecho cuando han leído mis anteriores libros. Pero la verdad sea dicha, el mejor invento que han hecho para la relación de pareja ha sido el divorcio.
Y no es que lo defienda pues a nadie se lo deseo. Con decirles que cuando yo me divorcie de mi primer matrimonio casi me desparezco. ¡Disminuí 18 kilos! La angustia existencial se apodero de mí. Un sentimiento de culpa me embargo por varios años. Y eso que me consideraba un hombre moderno. Pero el solo hecho de ver a mi pequeña hija tan triste y sintiéndose culpable por nuestra separación, era algo que me rompía el alma. Si es que el alma puede romperse claro está.
El divorcio como el aborto,  y que conste que tampoco estoy de acuerdo con el aborto, valga la aclaración, solo debe aplicarse en casos de vida o muerte y aun así, valdría la pena correr el riesgo de continuar casados o con el embarazo dejando todo en manos de papá Dios.  Desafortunadamente, nosotros, pobres terrícolas, seres según muchos imperfectos y llenos de pecado, algo que no comparto, pues si somos hechos a imagen y semejanza de nuestro padre Dios, estoy seguro que Él no hace seres imperfectos. Simplemente, seamos como seamos, somos una de las infinitas manifestaciones y presentaciones que tiene esa energía creadora y conservadora del universo que es Dios.
Somos egoístas y  solo pensamos en nuestro propio bienestar, los demás que se defiendan como puedan. 
El secreto de la eterna juventud es mantenerse soñando. Ponerle pasión a lo que uno piensa o hace. Difícilmente se logran las cosas si no hay pasión y fuego en el corazón.
El vacío existencial, la falta de sueños por realizar, de metas por alcanzar, puede llevar a las personas a cometer una de las faltas más graves contra la naturaleza como es el suicidio. Ese vacío existencial es el que lleva a muchos niños, adolecentes y adultos a tomar esa drástica decisión. Probablemente tienen todo lo que el dinero puede dar, más no el amor de sus padres, familiares y amigos, lo cual los llena de tristeza y de soledad, buscando en la muerte una solución que dista mucho de serla. Buscar las causas del porque la gente se suicida es tema para ser analizado por expertos y no lo soy.
Sin embargo ¿Sabían ustedes que la tasa de suicidios en el mundo entero se incremento después de 1848 cuando la mujer comenzó a exigir sus derechos y dejo el trono del hogar por entrar a competir con el hombre? Son simple y llanamente las estadísticas, no es algo que me este inventando o que sea un machista empedernido. Nada de eso. Si alguien es feminista soy yo. Así es señoras, que nuevamente, nada de nervios. Ustedes son el regalo más hermoso que nos ha dado papá Dios. Solo que desde que ustedes están compitiendo con nosotros los hombres, entre otras cosas con excelentes resultados, la sociedad dio un giro de 180º.
Y es que cuando los niños se crían solos o en manos de personas que no son sus padres; todo puede pasar y de hecho está pasando. Cada vez hay más violencia en la familia, base de toda la sociedad. Cuando se paso a decir “ama de casa” a “ama de llaves”. Todo gira en torno a la frialdad de unas llaves. Las cuales ya portan los niños que entran y salen de sus casas a la hora que quieren y obviamente hacen lo que quieren, puesto que no hay una “ama de casa” que los vigile, los eduque, les brinde amor, los reciba del colegio, les ayude a hacer las tareas o puedan compartir con ella sus dificultades.
No encuentran una madre que los abrace en esos momentos de soledad, de abatimiento, donde los problemas para ellos son apocalípticos. Es a eso lo que me refiero. Los que gozamos de tener siempre una mama maluca, cantaletoza, regañona y con unos gigantescos brazos no solo para pegarnos de vez en cuando si lo merecíamos; sino para abrazarnos, consolarnos y animarnos a superar nuestras grandes dificultades. Esas personas, somos una raza en peligro de extinción. Son pocos los que aun gozan de esos privilegios. Por falta de ese calor humano, rápidamente la humanidad se ha enfriado, volviéndose cada vez más materialista, sin valores, sin principios, sin sentimientos. Los resultados han sido desastrosos. 
De hecho, el origen de toda maldad es el vacío interior, ese vacío que muchos quieren llenar con la drogadicción, el alcohol, el tabaco, con el juego, con el sexo irresponsable, con violencia o con cualquier manifestación que les permita volverse “visibles” para el mundo.
Al respecto, Walter Elías Disney, el maestro de los sueños, afirmaba que “Si lo podemos soñar, lo podemos lograr” No importa cuál sea nuestro sueño, que tan grande o que tan pequeño sea, lo importante es que nos hace felices y este debe ser el principal objetivo de nuestra vida.

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miércoles, 28 de enero de 2015

Quien es un soñador?


¿QUIÉN ES UN SOÑADOR?
“Para hacer que un gran sueño se convierta en realidad,
 primero hay que tener un gran sueño”
Hans Selye

Un soñador es aquel que puede ver con la imaginación lo que los realistas no pueden ver con los ojos.
Siempre se ha dicho que no hay peor ciego que el que no quiere ver, lo curioso es que muchas personas se niegan la oportunidad de ver y es que, cuando vemos lo invisible nos convertimos en invencibles. Muchas veces, la realidad en que vivimos nos impide ver la luz al final del túnel. El estar en medio de la tormenta nos evita ver el sol radiante que brilla en el horizonte. Obviamente también nuestros “seres queridos” la mayoría de las veces nublan nuestra visión con ideas preconcebidas, con paradigmas, con frases tales como “aquí siempre se han hecho las cosas así por lo tanto no necesitamos cambiar”.
Un soñador es el que nunca se da por vencido, el que a pesar de las dificultades siguió adelante y finalmente triunfo. Por lo general los soñadores son independientes pues se les dificulta trabajar para otros y son pésimos empleados; de ahí que pocas veces buscan empleo y más bien encuentran la forma de generarlo.  No conciben la idea de estabilidad laboral pues para ellos, lo único seguro es que no hay nada seguro. Por lo general son autodidactas; verdaderos “ratones de biblioteca” que necesitan mantenerse muy bien informados sobre la actividad que realizan. Curiosamente la gran mayoría de ellos nunca terminaron sus estudios universitarios pues, rápidamente se dieron cuenta que lo que les enseñaban en las aulas de clase no contribuía a hacer realidad sus sueños.
Recuerdo una anécdota de mi vida cuando aún era muy joven, y eso hace ya muchos años, eran aproximadamente las 10:00 PM, acababa de salir de clase de la universidad, estaba con varios compañeros esperando el autobús, llovía torrencialmente, cuando me percate que el profesor de economía, un hombre ya entrado en años, que vestía un traje que había conocido mejores épocas, estaba también esperando el bus tratando de guarecerse con un periódico.
La escena me hizo pensar, como un hombre que decía ser experto en economía y finanzas presentaba un aspecto tan lamentable. Siempre he pensado que uno debe ser coherente y consecuente con lo que hace.  
En este sentido estoy completamente de acuerdo con lo que manifiesta el escritor, conferenciante y motivador Jorge Duque Linares, cuando afirma que “la educación en un país como Colombia está equivocada pues los resultados han sido desastrosos”. Millones de hermanos han caído abatidos por las balas en una guerra sin sentido (ninguna la tiene); con la excusa de proteger los derechos de los más débiles, cuando son estos los que más han sufrido. La guerra, en cualquiera de sus manifestaciones, es simple y llanamente un excelente negocio más aun si está financiada por el narcotráfico.
Es por eso que muchos de los grandes soñadores han dejado las aulas de clase para dedicarse de lleno a hacer realidad sus sueños.  ¿Cuántos de los seres humanos que han trascendido en la historia, han sido expulsados de las aulas, catalogados por tener un coeficiente intelectual muy bajo? La lista es interminable.
Durante toda nuestra vida hemos tenido sueños, sin embargo no todos hemos tenido el valor o el estimulo para convertirlos en realidad. Fácilmente renunciamos a ellos porque los creemos imposibles de realizar. Cuando niños queríamos ser policías, bomberos, aviadores, médicos, científicos o quizás, ser como uno de los superhéroes de la televisión, sin embargo, a medida que crecíamos, también lo hacían las dificultades y las responsabilidades de la vida diaria, olvidándonos de nuestros sueños.
Todo ser humano es una verdadera Fábrica de Sueños y de ideas; inforrtunadamente solo unos pocos luchan por hacerlas realidad.

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martes, 27 de enero de 2015

Que es un sueño?


¿QUÉ ES UN SUEÑO?
“Un sueño es aquello por lo que estamos dispuestos
 a morir,  los demás son simples deseos”
 Lao Tse

Robert J. Kriegel y Louis Patler en su libro “Si no está roto rómpalo” definen magistralmente lo que son los sueños cuando afirman que “…Los sueños son metas con alas. Al igual que la mayoría de las funciones creativas, los sueños se alojan en el hemisferio derecho del cerebro junto con la pasión, la imaginación y las emociones. Por otra parte, las metas se forman en el hemisferio izquierdo; son racionales, secuenciales y mensurables. El sueño es un estado ideal, mientras que la meta es un estado real. El sueño brinda vigor, visión y dirección, mientras que la meta nos señala un blanco específico a corto plazo y las estrategias para dar en él. La meta es un paso hacia el sueño. “El sueño es una meta con alas”.
El sueño brinda significado y valor intrínseco; es nuestra más profunda expresión de lo que queremos, la declaración de un futuro deseado. El sueño es un ideal que comprende un sentido de posibilidad, más que de probabilidad, de potencial más que de límites. Las metas que se fijan sin tener un sueño utilizan, literalmente, solo la mitad de nuestra capacidad cerebral. La pasión falta cuando sólo trabajamos con el lado izquierdo racional del cerebro. Sin pasión hay poco entusiasmo y poca vitalidad. Si no hay pasión no hay fuego en el corazón.
El sueño es un manantial de pasión, nos guía y nos señala grandes alturas. Es una expresión de optimismo, de esperanza y de valores lo suficientemente nobles como para capturar la imaginación y comprometer el espíritu. Los sueños se apoderan de nosotros y nos mueven. Pueden remontarnos a nuevas alturas y superar las limitaciones autoimpuestas.
Los sueños, a diferencia de las metas, no están limitados por aquello que uno cree que puede o no puede hacer, o por aquello que la mente racional le señala que es o no es posible. Los sueños representan algo que uno realmente quiere, en oposición a algo que uno cree que podría lograr. Las metas son tangibles mientras que los sueños son intangibles.
El doctor Martin Luther King, Jr. Dijo “Yo tengo un sueño”. No dijo “tengo un plan estratégico”. El sueño de la igualdad racial del cual hablaba el doctor King era un estado deseado y difícil de alcanzar, pero llego al corazón de la gente y suscitó una respuesta que cambio la historia de toda una nación...”
Desafortunadamente hemos confundido metas con sueños y por lo general nos fijamos una cantidad de metas a corto, mediano y largo plazo, sin tener en cuenta lo fundamental e importante que es tener en cuenta nuestros sueños, verdaderos motores que nos llevan a realizar nuestras metas. De hecho, para hacer realidad nuestros sueños, es necesario cumplir una serie de metas.
Tal vez me equivoque al afirmar que, el 99% de lo que llamamos sueños, son en realidad simples deseos pues soñar es comprometerse, algo en lo cual el mal llamado sexo débil nos lleva años luz de ventaja. Cuando una mujer da a luz, arriesga su vida en el proceso de hacer realidad el sueño de tener un hijo; mientras que los hombres simplemente nos involucramos en el proceso y cuantos hay que huyen después de haber engendrado.
Obviamente este no es el momento para entrar a juzgar o criticar tal acción pues, la idea es hablar de sueños y no de las pesadillas que deben vivir millones de seres humanos abandonados antes de nacer.
Cuantas veces por ejemplo, durante nuestra existencia hemos oído decir que soñar no cuesta nada. A los que afirman tal cosa les haría una de las muchas preguntas que podría hacer: ¿Qué respuesta se le daría a alguien que durante toda la vida ha trabajado arduamente para hacer realidad el sueño de sacar adelante una empresa – siendo nuestra vida la principal empresa - y en un momento dado por cualquier razón la empresa debe cerrar?  Años de duro esfuerzo, inversiones multimillonarias, cientos de personas que ven truncados sus sueños debido a que se han quedado sin empleo ¿Acaso todo eso no tiene un precio? Yo diría que es un precio demasiado alto, por lo tanto definitivamente soñar si cuesta… y mucho.
Afortunadamente el mundo está lleno de soñadores que a pesar de haber pagado altos precios por sus sueños, de haber “fracasado” una y otra vez; lo siguen intentando hasta hacerlos realidad. Son seres humanos excepcionales que nos han demostrado a través de la historia y de los hechos que, por grandes que sean nuestros sueños es posible hacerlos realidad.
El sueño es el motor que nos impulsa a continuar adelante, a librar grandes batallas, a realizar grandes sacrificios, a vivir grandes aventuras y a trascender en el tiempo. Un sueño le da sentido a la vida. Pues el que no tiene una razón para vivir, encuentra un motivo para morir.
Un sueño no tiene que ser necesariamente revolucionar la industria, ganar los juegos olímpicos o producir millones de pesos. Ni siquiera tiene que estar relacionado con una empresa o con algo que produzca dinero. Lo importante es tener un sueño que nos inspire para poder llegar más allá de nuestros límites.
Terminar nuestros estudios, hacer algo por mejorar la vida de los demás, mejorar la relación de pareja o nuestro entorno familiar; son sueños abstractos tan importantes como soñar con algo físico como una casa, un carro, un vestido, etc.
Todo lo que nos rodea se ha construido sobre los sueños de personas ordinarias que al seguir sus sueños lograron cosas extraordinarias; personas que han hecho “castillos en el aire” y que luego los han construido físicamente.
No podemos negar que todo aquello que hay a nuestro alrededor creado por los seres humanos, fue producto de la imaginación de alguien que lo visualizo en su mente para luego materializarlo.

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lunes, 26 de enero de 2015

Sueñe, que eso relaja


En un mundo donde se suele decir “ver para creer”, donde las personas de éxito se miden de acuerdo a la frase “cuanto tienes, cuanto vales”; resulta paradójico escribir sobre sueños, los cuales muchas veces son asociados a fantasías.  ¿Porque o para que escribir sobre un tema que genera tanta incredulidad y escepticismo?
Y es que cuando se habla de sueños, normalmente se piensa en los sueños oníricos o en la interpretación de los mismos, remontándonos a tiempos bíblicos, al considerado el mejor interpretador de ellos, José, quien gracias a su maravilloso don llego a ser la mano derecha del faraón.
Por lo tanto, hablar de los sueños que solemos tener cuando estamos despiertos es algo difícil pues,  en el transcurso de nuestros años, hemos escuchado cientos de veces cuando en forma displicente nos dicen “Sueñe, que eso relaja”. Una verdad irrefutable, pero expresada en forma irónica con el único animo de desmotivar más que incentivar a continuar soñando.
Este libro fue escrito por un soñador, un idealista que piensa que, por grandes que sean los sueños es posible hacerlos realidad si se persevera y se paga el precio a través de un arduo trabajo.
Igualmente el autor desvirtúa con ejemplos una serie de ideas, de paradigmas y de frases o refranes populares con los cuales se ha pretendido justificar la falta de logros y la realización de sueños.
Una a una las excusas más comunes para no triunfar van siendo abolidas; dejando sin piso y sin valides las razones que muchos argumentan para continuar sobreviviendo en vez de vivir una vida llena de realizaciones, satisfacciones y felicidad.
Este libro demostrara con hechos que soñar relaja y porqué cuando se deja de soñar se muere.
A través de una serie de entregas, invito a todos mis seguidores a adentrarnos en un mundo donde comprobaremos porque millones de seres humanos han trascendido en la historia haciendo realidad sus sueños.

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