lunes, 10 de abril de 2023

La capacitación, un gasto o una inversión





Como consultor organizacional a veces me he encontrado con empresarios para los cuales la capacitación del personal es un gasto inoficioso. Por lo general son empresarios que, como decimos en Colombia, son “chapados a la antigua”, que no han evolucionado, muchos se han estancado y otros tantos han involucionado teniendo que cerrar sus empresas.

Y es que cuando la capacitación es considerada un gasto, necesariamente debemos analizar cuál es el perfil de la persona que está al frente de la empresa. Normalmente se encuentra uno con personas que acostumbran decirle a sus empleados o "esclavos" cosas tales como: “aquí siempre se han hecho las cosas así, por lo tanto no vemos la necesidad de cambiar” o “si no le gusta así, esa puerta es muy grande para salir y afuera están haciendo fila muchas personas para entrar a trabajar a esta empresa” y la verdad es que es así debido al desempleo que hay en el mundo. Son los tradicionales jefes que de liderazgo no saben nada. 

El futuro de las empresas administradas por este tipo de personas es incierto y cuando se ven obligados a cerrar justifican el hecho manifestando que la situación está muy difícil, que la competencia es extremadamente dura, que no hay con quien trabajar, que el gobierno no colabora, etc. etc. Excusas muy válidas pues nadie puede negar que hay situaciones que conllevan a tomar decisiones radicales, sin embargo, la gran mayoría de las empresas se hubieran podido salvar y con ellas miles de empleos, si los directivos no hubieran cogido el camino más difícil que es cerrar una empresa o el más fácil de haber agotado todas las posibilidades que por lo general siempre las hay. Es entonces cuando surgen los caza oportunidades, personas que adquieren las empresas en quiebra, les hacen una reestructuración a todo nivel y las sacan a flote con excelentes resultados. Demostrando con esto que “no hay malas empresas, lo que hay es malos empresarios”.

Quiero decirles que después de analizar detenidamente la quiebra de muchas empresas, he llegado a la conclusión que la mayoría de las veces, los únicos responsables de tales desastres financieros han sido los directivos, los administradores, los empresarios. Razones las que usted quiera, desde el despilfarro, la malversación de fondos, la corrupción, la burocracia, etc. hasta el egocentrismo de sus dirigentes empresariales y sindicales que por no dar el brazo a torcer prefirieron cerrar la empresa antes que negociar una salida “digna”, dejando sin empleo a miles de personas.

En cambio, encontramos afortunadamente empresarios que se mantienen actualizados y para los cuales la palabra capacitación literalmente significa capacitarse para la acción, por lo tanto, para ellos capacitar a sus colaboradores es una verdadera inversión ya que el retorno de lo invertido se les multiplicara por N veces. Dicho de otra forma, capacitar a su personal es un excelente negocio. ¿Ejemplos? Los que usted quiera, es sino que analice las actuales empresas más innovadoras a nivel mundial tales como Microsoft, Sony, Canon, Samsung, IBM, Google, etc. y podrá verificar que todas ellas, sin excepción, asignan presupuestos para la capacitación continua de su personal y algunas incluso tienen escuelas para mantenerlo actualizado.

Dirá usted que se trata de multinacionales que tienen mucho dinero para invertir en su personal, la pregunta es ¿Será que nacieron siendo grandes? No, ¿verdad? Son cada vez más grandes debido a que el personal que labora en ellas esta muy bien capacitado y orientado. Lo mejor de todo de estas empresas es que por lo general las personas que laboran en ellas son felices, independientemente de la labor que realizan en ellas, ya que la capacitación que reciben no solo les beneficia a nivel personal, profesional y laboral, sino a nivel familiar y social pues se convierten en personas de excelencia.

La capacitación del personal es una de las principales herramientas para que las empresas progresen. Como decía el magnate estadounidense del acero Andrew Carnegie (1835-1919) “El secreto de mi éxito fue rodearme de personas mejores que yo”. En la medida que el personal de la empresa esté capacitado y entrenado para realizar las labores que realizan, en esa misma medida darán el rendimiento que se espera de ellos, y si además de entrenarlos se mantienen motivados y se les tiene en cuenta como seres humanos que son importantes para la empresa, mucho mejor.


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