lunes, 14 de marzo de 2016

Trabajo en equipo


Mucho se habla en las empresas de trabajar en equipo, la pregunta que me hago cada que me invitan a una empresa para realizar capacitación es: ¿Realmente los directivos y mandos medios trabajan en equipo? Siempre he dicho en todas mis publicaciones que las empresas son fiel reflejo de sus dirigentes y que no hay malas empresas sino malos empresarios. Constantemente me encuentro con directivos para los cuales el trabajo en equipo solo lo deben realizar sus subordinados ya que ellos se consideran productos terminados y después de ellos no hay nadie pues practican la ley de azadón, todo para acá y nada para allá. 

Pero ¿Qué es realmente trabajar en equipo? El ejemplo más claro lo dan los antiguos relojes que contaban con un intrincado mecanismo que hacía que el reloj mostrara la información que de él se necesitaba, como la hora por ejemplo, aunque existen otros que no solo dan la hora sino otra gran cantidad de información dependiendo de la sofisticación de su mecanismo. La pregunta es ¿Cuál de todas las piezas que compone el reloj es la más importante? Todas son importantes, desde la más pequeña hasta la más grande ya que si cualquiera de ellas falla, el reloj se detiene o comienza dar una información equivocada. 

Me agradan las carreras de automóviles de fórmula uno, es impresionante ver como los equipos de las diferentes escuderías están tan supremamente bien entrenados, que cuando el vehículo llega a pits, un enjambre de mecánicos lo rodean y en pocos segundos le hacen cualquier cantidad de cosas para que el vehículo pueda seguir en competición. ¿Qué pasaría si uno de esos mecánicos no hiciera bien su trabajo? La vida del conductor y quizás de muchos otros estaría en peligro. Y así por el estilo existen cualquier cantidad de ejemplos de lo que es trabajar en equipo.

Es el caso del futbol, que cuando el equipo hace goles, todos los miembros del equipo son unas maravillas pero cuando el equipo va mal, el primero que sale es el técnico, la pregunta que siempre me hago es ¿Quiénes son realmente los que están en la cancha jugando? Yo siempre veo al técnico al borde de un ataque de nervios viendo como sus jugadores cometen cualquier cantidad de errores y que no son capaces de meter goles cuando supuestamente todos los jugadores saben lo que deben hacer. La pregunta es ¿Por qué no los hacen? Por una sencilla razón, se les ha olvidado jugar; para ellos su labor se ha convertido en una obligación y por lo tanto ya no disfrutan lo que hacen, están tan presionados a mostrar resultados que ya no se divierten. Es por eso que no me gusta el futbol profesional, me divierto más viendo a los niños jugar y meter muchos goles pues veo en ellos la pasión que han perdido muchos de sus endiosados ídolos. 

Dejando a un lado el llamado deporte de emociones y continuando con el ejemplo de las empresas, existen las llamadas “ruedas sueltas”, personas que piensan y actúan por su cuenta sin tener en cuenta a sus compañeros de trabajo e incluso difícilmente obedecen las instrucciones, convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza y fuentes de conflictos. ¿Qué hacer con ellas? Siempre se ha dicho que lo que no sirve, estorba. Siempre debe primar el bien común al bien particular. Esas personas que son cusumbos solos, posiblemente sean unas eminencias, que están muy bien capacitadas pero mal educadas ya que ponen en riesgo no solo la empresa sino la estabilidad emocional de todos los que en ella laboran. 

Y es que no hay nada más desagradable que tener a un compañero o directivo respirándole a uno en la nuca. Que se convierten en cámaras de video integradas al circuito cerrado de televisión de la empresa para irle a contar a su superior lo que está o no haciendo el desafortunado empleado con el fin de ganar indulgencias con padrenuestros ajenos. Y hablando de circuitos cerrados de televisión, los cuales son muy importantes para mejorar la seguridad, se han convertido en los generadores de estrés más grandes de las empresas ya que los empleados se sienten constantemente vigilados, supervisados y monitoreados por sus jefes desde cualquier lugar del planeta donde se encuentren ya que gracias a Internet, estos sistemas se pueden conectar a la red de tal forma que así el directivo este en el otro lado del planeta, es como si estuviera al lado de sus empleados. 

Con todo respeto permítanme preguntarle a esos directivos: si ustedes no confían en su gente, ¿para que los tiene laborando en su empresa? El empleado mamagallista, mal intencionado y perezoso, así tenga una cámara de televisión siempre detrás de él, encontrara la forma de hacerle creer a su jefe que está muy juicioso laborando cuando en realidad lo que esta es perdiendo el tiempo, la mayoría de las veces por falta de sentido de pertenencia, otras veces para demostrarle a su jefe que así lo estén vigilando él siempre hará lo que le venga en gana.

Trabajar en equipo es cuando cada uno de los empleados de la empresa sabe que el futuro de ella y por ende de ellos, depende que cada persona tenga la suficiente iniciativa para hacer lo que debe hacer bien hecho y sin que nadie se lo ordene o lo estén vigilando. Soy de las personas que piensa que en las empresas no debería haber personal de control de calidad, porque si cada persona hace bien su labor ¿para qué necesita que alguien lo verifique? Es un hecho que si las empresas tienen personal de control de calidad es que no confían en su personal por lo tanto deben incrementar sustancialmente sus gastos operativos contratando supervisores que supervisen a los supervisores y así sucesivamente. 

Si el dinero que gastan en personal para supervisar lo invirtieran en capacitar y mantener motivado al personal que está realizando las diferentes labores, las empresas se ahorrarían cualquier cantidad de dinero y dolores de cabeza pensando cómo superar crisis que la mayoría de las veces son generadas al interior de las mismas empresas por empleados aburridos que no ven la hora de salir de sus turnos laborales para “respirar aire fresco” y gozar de un poco de privacidad y digo un poco porque cada vez son más los “ojos” que nos vigilan desde todos los lugares e incluso desde el espacio ¡que susto!