El 17 de abril de 2015 profesor Johnny Wollstein Mendoza publico en su blog un interesante articulo sobre los gatos el cual les recomiendo leer en: (http://miradorlatinoamericano.blogspot.com/search?updated-max=2015-05-07T07:17:00-07:00&max-results=3&start=33&by-date=false).
Como amante de los gatos y para descansar un poco de temas que han generado tanta polémica como los que venido publicando, hoy quiero compartir con ustedes una poesía del poeta colombiano Juan José Botero (1840-1926), espero les agrade tanto como a mi.
QUIERO SER GATO.
Si Dios dijera:
Ven acá Juancho,
dime qué quieres.
¿Quieres acaso
ser mucha cosa
o no ser algo,
quieres ser bueno,
quieres ser malo,
ser un demonio,
o ser un santo,
quieres ser rico,
quieres ser sabio,
o ser un tonto
de largo a largo,
sin luz de genio,
sin un centavo,
quieres ser ave,
águila o gallo,
jilguero, mirla,
torcaz o pato,
un lagartijo,
un feo sapo,
o algún cuadrúpedo
como el caballo;
quieres ser perro,
quieres ser asno,
quieres ser tigre,
quieres ser gato?
!Oh, Dios del cielo!
!Dios bueno y santo!
Le interrumpiera
entusiasmado,
si acaso quieres
servirme en algo,
si de este pobre
te has acordado,
yo quiero hablarte
claro, muy claro:
ser lo que he sido
no es de mi agrado,
el hombre pasa
tantos trabajos
en este valle
de duelo y llanto.
Si uno es pequeño
lo andan pisando,
y es un estorbo,
si acaso es alto;
ser uno pobre
malo, muy malo,
y si uno es rico
todo es cuidados;
si feo, ellas
no le hacen caso,
y si bonito
de uno es esclavo.
Si con las hembras
nos deslindamos,
qué desazones
las que pasamos,
más si sucede
todo al contrario,
y uno con ellas
se enreda, ¡diablos!
En fin, los hombres
sufrimos tanto
que en esta vida
todo es trabajos…
¡Dios poderoso!
¡Dios bueno y santo!
Yo le dijera
con mucho acarto:
si acaso piensas
servirme en algo,
si aliviar quieres
al pobre Juancho,
dándole un día
algún descanso,
no me hagas necio
ni me hagas sabio,
pobre ni rico,
bueno ni malo,
bonito, feo,
corto ni largo,
fiero demonio
ni humilde santo.
Si, no me vuelvas
águila o gallo,
torcaz o pato,
ni lagartijo
ni feo sapo,
ni tan cuadrúpedo
como el caballo.
Sabes, Dios mio,
por lo que clamo?
Oye y perdona
mi desacato:
sin que lo tomes
a gran pecado,
sin yo sentirlo,
sin saber cuándo
así…de pronto
vuélveme gato.
Gato ser quiero;
pero no gato
de dos patitas
y de dos manos.
Gato de pelo,
de uñas y rabo,
de cuatro patas
y que haga miau.
Quiero ser libre,
no ser esclavo,
vivir durmiendo
en los tejados,
andando solo,
siempre robando.
Sin afanarme
por el mercado,
ni por chaquetas,
ni por calzados,
ni por muchachas,
ni por muchachos,
ni por Cristico,
ni por el diablo,
entrando a solas
y paso a paso
a las cocinas
donde hay guisados,
y en los festines
y en los saraos
comiendo todo
lo de mi agrado…
De día durmiendo,
de noche andando
por los canceles
y por los zarzos
y en las despensas
que es un encanto,
buenos chorizos,
quesos curados,
jamones, lenguas,
siempre tragando.
Luego de gira
salir al campo,
y si deseo
me da de pájaros,
comerme uno,
dos , tres, cuatro,
volviendo alegre
a mis tejados,
donde el sol quiebra
sus tibios rayos,
y allí, al sonido
de un dulce piano
echando al cuello
mi fino rabo,
sin la zozobra
que afloja el ánimo,
irme tendiendo
de largo a largo,
¡ tan perezoso,
tan descuidado
de las miserias
de un mundo vano!
¿ Y habrá quién goce
como los gatos?
¿ Y habrá quién viva
tan descansado?
¿Y habrá quién duerma
tan sin cuidados?…
Si esta no es vida,
mejor no la hallo.
¡Oh, Dios del cielo!
¡Dios bueno y santo!
Si acaso piensas
servirme en algo,
si aliviar quieres
a este tu Juancho,
ahora mismo
¡vuélveme gato!
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