martes, 26 de diciembre de 2023

Año nuevo, vida nueva



Siempre he sugerido durante estas festividades de fin y principio de año que antes de quemar el dinero en pólvora y globos pensaran en invertir ese dinero en ayudar a alguien.

Infortunadamente, la historia se repite una y otra vez; en Colombia cientos de personas recordarán por el resto de sus vidas las navidades porque sufrieron quemaduras con pólvora y millones de pesos y muchos empleos perdidos debido a los incendios producidos por los globos.

Esto comprueba una vez más lo que digo en mi libro “Estamos bien capacitados, pero mal educados”. Es un hecho que la experiencia es como el estiércol, nadie lo coge. Pero bueno, nada de nervios, mientras haya quien compre, habrá quien venda.

Termina el año gregoriano 2023 y se inicia el 2024, cuyos dígitos suman 8 o sea que es un año 8, el cual se considera un símbolo de abundancia, éxito y prosperidad. Desde la antigüedad, el número 8 ha sido asociado con el infinito, debido a su forma que parece no tener fin. Esto representa la idea de que las posibilidades y oportunidades son ilimitadas. En el ámbito espiritual, el número 8 también está relacionado con la energía universal y la conexión con planos superiores de conciencia. El 2024 además es un año bisiesto en los cuales suelen suceder cosas fuera de lo común.

Independientemente de su significado esotérico, un nuevo año genera muchas expectativas y las consabidas promesas que siempre nos hacemos y que pocas veces cumplimos, porque, como cortoplacistas que somos, acostumbrados a las comidas rápidas, queremos resultados igualmente rápidos a cualquier proyecto que iniciemos, por lo tanto, pasados pocos días, preferimos continuar en nuestra zona de confort que correr el riesgo y pagar el precio de hacer realidad nuestros sueños.

Algo si debe quedar muy claro, en el 2024 cosecharemos lo que hayamos sembrado en el 2023 y en años anteriores. La pregunta es ¿Qué hemos sembrado? Muchos continuarán sembrando odios, rencores, resentimientos, deseos de venganza, envidias, promesas, angustias, enemistades, infidelidades, celos, chismes, indiferencias o están pensando en cómo causar el mayor daño posible; otros tantos perdonaron de corazón, se alegraron de sus propios triunfos y el de los demás y están pensando en cómo ayudar a sus semejantes a hacer realidad sus sueños para poder hacer realidad los propios, porque para recibir (cosechar), primero hay que dar (sembrar).

Unos y otros justifican plenamente su pensar y accionar, sin embargo, los resultados hablarán por sí solos. La cosecha es directamente proporcional a la siembra que hayamos realizado y a la variedad de cultivo (proyecto de vida), el cual puede tardar días, meses o años, como es el caso del cultivo de la planta de los emprendedores, o sea, el bambú japonés (7 años).

Algo que debemos tener muy en cuenta es la frase del científico Albert Einstein cuando manifestaba que "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados". Ahora bien, ¿Cuál es nuestro sueño? O mejor aún, ¿Cuál es nuestra pesadilla?, ¿Qué es aquello que no nos deja dormir en paz? Recordemos que para hacer que un sueño se convierta en realidad, primero hay que tener un gran sueño, luego hay que convertirlo en una pesadilla que no nos deje dormir hasta hacerlo realidad, es necesario despertar y ponernos en acción.

¿Recordemos también la parábola del sembrador? (Mt.13: 1 -8). "Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno".

Si lo que sembramos se lo comieron las aves, o sea, aquellas personas que solo te critican y te juzgan o te diste cuenta de que lo que sembraste cayó en pedregales y "fracasaste" o que cayó entre espinos y te diste cuenta de que tu actividad no te hace feliz, entonces es el momento de iniciar una nueva siembra porque hay que insistir, persistir, resistir y NUNCA desistir hasta hacer realidad nuestros sueños.

Infortunadamente, también nos encontramos con personas que quieren cosechar sin haber sembrado, sin haber invertido, sin haber pagado el precio justo por aquello que desean. Dios permita entonces que lo que hayamos sembrado haya caído en tierra fértil y que en el nuevo año recojamos una abundante cosecha.

Finalmente, te invito amable lector a que en el nuevo año practiquemos la regla de oro de hacer lo que quisiéramos que nos hicieran, a respetarnos y respetar a todo y a todos, a ser coherentes y consecuentes con nuestro discurso, a cumplir las promesas y la palabra dada porque, como decía nuestro gran amigo el fabulista de la antigua Grecia, Esopo, "las palabras que no van seguidas de los hechos, no valen nada"

Un abrazo y ¡Feliz año para todos!

Canción, año nuevo, vida nueva: https://www.youtube.com/watch?v=D1BPox9Ibbk


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sábado, 2 de diciembre de 2023

Es navidad


Para unos, época de alegría, de diversión, de viajes, de regalos, de compartir con la familia y con los amigos; para otros, un dolor de cabeza ya sea porque no sepan que regalar o simplemente porque no tengan con que dar un regalo a sus seres queridos. Para unos y otros es una época bien interesante ya sea por su alegría o por su tristeza, sin embargo, es navidad; los primeros no sabrán que regalarles a personas que tienen todo lo que el dinero puede dar, a ellos les recuerdo que el mejor regalo que se puede dar es aquel que no se puede comprar con dinero. Esas personas que aparentemente lo tienen todo, muchas veces son las que carecen de todo, ya que son tan pobres que lo único que tienen es dinero, y suele suceder que están tan solas que deben "comprar amigos y amores" con costosos regalos. 

Para los que piensan que el dinero no es la felicidad, con todo respeto quiero decirles que el dinero si hace parte de la felicidad, más aún cuando hacemos parte de una sociedad de consumo donde el triunfo o el fracaso se miden por la cantidad de cosas materiales que poseemos. Por lo tanto, podemos ser y hacer personas muy felices si utilizamos bien nuestro dinero. Ahora bien, antes de dar un regalo que realmente sea valorado y apreciado, no dude en preguntarle a esa persona que necesita, ya que muchas veces regalamos cosas que si bien es cierto son interesantes, no son importantes y terminan en el cuarto de san alejo o en el peor de los casos son obsequiados a otras personas. 

Ahora bien, ¿Qué tal si junto con el regalo, usted con esa persona o ser querido comparte también un poco de su tiempo? A veces, más importante que el regalo, es departir con la persona que lo obsequió pues a veces pasa que damos un regalo por cumplir, “obligados” por la sociedad de consumo porque ¿Cómo no le voy a dar un detalle a pepita que ha sido tan especial con nosotros? O muchas veces el regalo se da por aparentar algo que no somos. Caso concreto, cuando se da un regalo de gran valor económico, muchas veces financiado, esperando de esta forma obtener reconocimiento o hacernos “visibles” ante alguien, la mayoría de las veces por un interés particular.

Para los que no tienen dinero para obsequiar regalos en esta navidad, quiero decirles que en cierta forma es algo más positivo que negativo. Obviamente quisieran comprar regalos y con ellos “amistades y amores” ¿entonces que les queda? Aceptar esa realidad y regalar aquello que el dinero no puede comprar, como por ejemplo una amistad sincera, amor verdadero, un abrazo, una sonrisa, una palabra de aliento, un poco de tiempo de su profesión, actividad u oficio ayudando a aquellos que no tienen como pagar lo que hacemos.

¿Y qué tal si en esta navidad los que no tienen dinero (y también los que lo tienen) para comprar un regalo, dan vida? Los invito a que en esta navidad donemos sangre y con eso matamos dos pájaros de un solo tiro. Damos vida y mejoramos nuestra salud física y mental.

Pensemos en esta navidad en darle también un regalo al escaso medio ambiente que nos queda, a nuestra casa el planeta tierra, recordemos siempre el efecto mariposa, ese pequeño cambio que cada uno de nosotros podemos dar y que puede generar grandes cambios, comenzando por no quemar su dinero en pólvora y globos. Cada año millones de dólares literalmente se queman en el mundo entero generando contaminación, destrucción y muerte. Miles de personas se quedan sin trabajo y ven truncados sus sueños debido a los incendios que ocasionan los globos. Cientos de niños y adultos recordaran por el resto de sus vidas la triste navidad que pasaron en un hospital debido a sus quemaduras con pólvora y otros tantos que simplemente ya no están en este plano de la existencia.

Antes de gastar dinero comprando pólvora, globos o licor, piense en un familiar, en un amigo o en un vecino que tal vez este soportando grandes necesidades las cuales usted puede suplir con ese dinero que piensa quemar. 

Para los que la diosa fortuna les sonríe, los insto a dar regalos que realmente se necesiten, no que se quieran, ya que una cosa es querer algo y otra necesitarlo. Para los que por alguna razón no tienen lo que el dinero puede comprar, analicen que pueden regalar, se darán cuenta que si tienen mucho para dar. 

A todos mis lectores, gracias, muchas gracias por permitirme continuar con ustedes; para cada uno, un abrazo y mis deseos que ésta sea realmente una feliz navidad y que el niño Dios renazca en vuestros corazones.