Es cierto que a nuestro WhatsApp llegan cualquier cantidad
de mensajes, la mayoría de ellos sin importancia, incluso, muchas veces
de personas que no tenemos registradas pero que por alguna razón tienen nuestro número
telefónico. Este tipo de mensajes se asemeja mucho a las cadenas de oración donde le vaticinan a uno cualquier cantidad de calamidades si uno las rompe y
si uno no lo hace, le auguran grandes fortunas y cosas maravillosas
nos sucederán en las próximas horas o días.
Y es que Internet se ha convertido en el basurero virtual
más grande del planeta o también la fuente de información jamás creada,
convirtiéndose literalmente en un arma de doble filo, ya que puede generar mucho
bien, pero también se presta para hacer mucho mal, algo que he tratado en otros
blogs.
Hoy quiero referirme específicamente a uno de los sistemas
de comunicación masiva más importantes. Es tal la adicción al WhatsApp, que si
las cosas siguen como van, se nos va olvidar hablar ya que preferimos
intercambiar mensajes que comunicarnos telefónicamente con la otra persona y
establecer un dialogo verbal.
Es impresionante la rapidez con la que escriben los jóvenes
y los no tan jóvenes con el nuevo idioma de los símbolos, de los emoticones y de
las palabras abreviadas, por lo cual tenemos que adivinar qué es lo que nos
quiere decir la persona que nos envía el mensaje. También es impresionante como
se difunden por este medio las noticias - la mayoría falsas y desastrosas - las cuales ponen
en jaque a personas, empresas, instituciones y hasta gobiernos.
Es un hecho que el poder que tienen las redes sociales es
inusitado y que bueno sería que se aplicaran en ellas normas o reglas de
urbanidad las cuales brillan por su ausencia, caso concreto cuanto se envía un
mensaje por el WhatsApp y lo dejan a uno en visto, lo cual es una descortesía y
muestra inequívoca de mala educación, ya que es como si a uno lo saludaran y no
correspondiera el saludo, así sea con una sonrisa o con cualquier gesto, mucho
mejor si igualmente correspondiera el saludo de una forma más amplia que una simple imagen.
Podrá pensar usted amable lector que no puede perder su
valioso tiempo contestando todos los mensajes que le llegan, lo cual es cierto,
lo curioso es que pasan horas y hasta días sin una respuesta al mensaje. Ahora
bien, una de las ventajas que tiene esta red social es que uno puede bloquear o
eliminar a los contactos que le envían mensajes irrelevantes.
Le invito pues amable lector a utilizar mejor, responsable, adecuada y
educadamente las redes sociales, dejando de enviar mensajes sin trascendencia e
importancia y noticias sin confirmar. Pienso que debería haber un manual de
urbanidad y de buenas maneras para el manejo de las redes sociales así como lo había
para las relaciones públicas, como era el manual del venezolano Manuel Antonio
Carreño, el cual lamentablemente fue olvidado.
Tal y como lo afirmo en mi libro “Estamos bien capacitados,pero mal educados” por lo general confundimos capacitación con educación. Es
por eso que necesitamos seres humanos más educados y menos capacitados.
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