jueves, 21 de septiembre de 2023

Doctoritis aguda


LA DOCTORITIS AGUDA

Es una enfermedad que por lo general padecen los profesionales, los personajes de la farándula, de la política, de las religiones y por aquellos que tienen algún tipo de poder respaldado por las armas o el dinero. Se manifiesta por brotes de arrogancia, egoísmo, narcisismo, vanidad, egocentrismo, soberbia, altanería, orgullo exagerado y una autoimagen inflada. Su prepotencia les impide aceptar tratamientos a base de altas dosis de humildad, modestia y sencillez. 


Dirá usted amable lector que estoy exagerando, pero es la verdad. Más que una enfermedad se ha convertido en una epidemia en mi hermoso país Colombia. La verdad no sé si en otras partes del planeta también se presente, espero que no porque en realidad las personas que sufren de este padecimiento son insoportables.

Existen personas que cuando ostentan algún poder económico, político, religioso o han tenido la oportunidad de cursar estudios en alguna academia, llámese escuela, colegio, universidad, etc. y más si ésta es privada, se creen más que sus congéneres. Lo curioso de todo esto es que esas personas, para ellos “analfabetas”, tienen a su servicio una gran cantidad de profesionales, porque, es un hecho que la academia no garantiza que una persona pueda triunfar. Ejemplos los que quiera. Personas que no terminaron sus estudios y sin embargo son dueños de grandes fortunas como es el caso de los señores Bill Gates de Microsoft, Amancio Ortega de Almacenes Zara, Mark Zuckerberg de Facebook, Richard Branson de Virgin y así por el estilo muchos que prefirieron "desertar de las academias" y luchar por sus sueños hasta hacerlos realidad. 

Los académicos, entonces, con su gran cumulo de conocimientos y de ego murales que literalmente tapizan las paredes de sus oficinas con cualquier cantidad de diplomas, certificados, menciones de honor, trofeos, etc., de los cuales se sienten muy orgullosos, porque, no desaprovechan la oportunidad para mostrarlos narrando como los consiguieron, por lo general sufren de esa terrible enfermedad llamada “doctoritis aguda”. Dirá usted que soy un resentido o envidioso porque quizás no he podido lograr todo lo que ellos lograron y lo más probable es que sea verdad, pues a quien no le gustaría poseer todos esos títulos y distinciones. Aunque, lo que en este artículo quiero resaltar es el curioso comportamiento de algunos (no todos afortunadamente), profesionales que distan mucho de practicar su profesión con profesionalismo.

Lo más triste de todo es que, he comprobado que algunos profesionales no son coherentes ni consecuentes con los doctorados que han realizado, porque, si bien es cierto han triunfado en su vida profesional y laboral, luego de esclavizar a muchas personas, su vida personal y familiar es un verdadero desastre.

Hace poco fui invitado por una prestigiosa universidad de mi ciudad Medellín, Colombia, a dictar un conversatorio basado en uno de mis libros. Allí, tuve la oportunidad de conocer a un prestigioso psicólogo. Después de la reunión me invitaron a almorzar. Para no hacer más larga la historia, durante el almuerzo el famoso doctor nos aburrió con toda una cátedra sobre las últimas investigaciones en las que él participaba, las cuales iban a tener una gran trascendencia a nivel nacional e internacional. Fue todo un tratado de psicología del más alto nivel, tan alto que algunos de los que participábamos del almuerzo poco entendimos debido al vocabulario tan rebuscado y técnico que utilizo el famoso médico.

Días después, me entere que aquel famoso psicólogo había estado internado en varias ocasiones en algunos sanatorios debido a las depresiones que le habían causado sus cuatro divorcios, fuera de las rehabilitaciones por alcoholismo y drogadicción. Obviamente, no quiero juzgar o criticar al doctor, porque, cualquiera puede caer en el devastador mundo de los vicios y las adicciones, el cual no respeta profesión, raza, credo, color o nivel social. Sin embargo, me pregunto, ¿Cómo es posible que una persona con tantos estudios haya hecho de su vida un verdadero infierno? 

Tal y como lo manifiesto en mi libro “Estamos bien capacitados, pero mal educados”, porque, una cosa es la educación basada en principios y valores, la cual se adquiere en el hogar y otra la capacitación en diferentes áreas de conocimiento, la cual se adquiere en la academia. Esas personas, que por tener mucho dinero o capacitación se creen más que los demás y que maltratan física o verbalmente a las personas menos afortunadas, son las que propician que muchos seres humanos se mantengan al borde de un ataque de nervios. 

Lo(a) invito pues a examinarse detenidamente para evaluar si usted sufre de la terrible enfermedad de la “doctoritis aguda”, de ser así, le sugiero que busque ayuda profesional o mejor aún, comience por tomarse diariamente una cucharadita de humildad en la mañana, otra de modestia al medio día y otra de sencillez en la noche. Vera como su vida y la de las personas que lo(a) rodean cambiara sustancialmente y serán más felices.

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