Antes que nada permítanme darle los
más sinceros agradecimientos a todos los seguidores de mi blog por la gran
cantidad de comentarios que me han enviado por mi anterior blog “MentirasVerdaderas”.
Mi nuevo blog está precisamente
basado en esos comentarios. A ver les cuento. Se dice que “más fácil cae un
mentiroso que un cojo”. Uno de mis libros titulado “Con amigos así…” es la historia
de una interesante experiencia financiera que tuve hace algunos años, por eso puedo decir,
con conocimiento de causa, que “amigos y seres queridos” que están con nosotros en las buenas y en las malas – sobre
todo en estas últimas – y que lo sigan apreciando a uno a pesar de las
circunstancias, muy pocos, los míos por ejemplo los puedo contar en los dedos
de una mano y me sobran dedos.
Infortunadamente estos lobos
(amigos) disfrazados con piel de oveja, son circunstanciales y solo son
“leales” a lo que tenemos o representamos y cuando sus necesidades cambian, así
de fácil cambian sus lealtades. Como quien dice, son amigos mientras les seamos
útiles para algo ya que cuando llegan los años de “vacas flacas”, solo
recibimos de ellos críticas y juzgamientos, los cuales se incrementan y se vuelven
más mordaces con la “información confidencial” suministrada por una de las
partes – por lo general de quienes han salido afectados por nuestro descalabro
financiero - acrecentando su odio y rencor contra nosotros. Difícilmente
investigan las razones de nuestro “fracaso”, ya que hacerlo, implicaría
descubrir que están equivocados y que sus críticas y juzgamientos se quedan sin
respaldo. Para ellos entonces continuaremos siendo unos estafadores y ladrones
y serán ellos los que se sientan traicionados y no habrá poder humano para
convencerlos de lo contrario ya que nuestras explicaciones para ellos solo son “mentiras
verdaderas”.
Por otro lado, cuando nos suelen ocurrir esos desastres económicos y comenzamos a buscar empleo es prácticamente imposible lograrlo ya que si a los jóvenes les da dificultad emplearse, a los que pasamos de los cincuenta mucho más porque para el mercado laboral, no somos muy atractivos que digamos. Pasan los idas, los meses, los años y el decir de nuestros "seres queridos" es que no queremos laborar.
Solo los que hemos pasado por
situaciones financieras difíciles, sabemos todo lo que debemos hacer para
tratar de salvaguardar la poca dignidad que nos queda ya que los más aventajados
se apoderaron de todos nuestros bienes materiales. Afortunadamente entre cielo
y tierra no hay nada oculto y tarde que temprano la verdad sale a flote,
infortunadamente de poco o nada sirve saber la verdad de lo ocurrido ya que no
se puede recuperar ni la honra ni mucho menos los bienes materiales. Alguien
decía alguna vez que es más fácil volverle a colocar las plumas a una gallina
que recuperar la honra y la credibilidad perdida.
En mi blog anterior hablaba que
nadie se hace rico de la noche a la mañana ya que nadie sabe cuántos años duro
la noche. Y es que la vida de los
emprendedores es una aventura extrema en la cual pocos sobreviven. De ahí que
el 95% de los seres humanos labore para el 5% restante, dueños de las mayores
fortunas. Muchas de ellas heredadas, otras conseguidas con actividades no muy
santas, pero la gran mayoría, logradas con mucho trabajo y gracias a una serie
de “mentiras verdaderas” con el fin de ganar tiempo y préstamos para financiar los
nuevos proyectos de vida.
Me preguntará usted amable lector
¿Por qué recurrir a mentiras en vez de decir la verdad? Por una sencilla razón;
porque como lo manifestaba anteriormente, así digamos la verdad, nadie nos
cree, entonces decir la verdad o una mentira es prácticamente lo mismo. Las
mentiras entonces se convierten para los emprendedores en verdaderos retos para
convertirlas en verdades y así poder vivir en un mundo donde solo sobrevive el
más fuerte o tal vez, el más mentiroso y con esto no estoy haciendo una apología
a la mentira pues pienso que la mentira es un delito como cualquier otro, por
lo tanto no la defiendo, solo que es algo a lo cual se acude para lograr un
objetivo y como dicen las sagradas escrituras “el que esté libre de pecado, que
tire la primera piedra”.
Curiosamente lo de acudir a
las “mentiras verdaderas” es una práctica más común de lo que se cree, lo cual
comprueba una vez más lo que digo en mi libro “Estamos bien capacitados peromal educados”. Balances maquillados con el fin de mostrar unas utilidades que
no existen, inventarios inflados, cheques
sin fondos, pagarés que no tienen ningún respaldo, títulos valor que no valen
nada, comisiones o recompensas por lograr contratos, tasas de interés desproporcionadas
y la gota que rebosa la copa en mi país Colombia, los llamados pagadiarios,
verdaderas sanguijuelas que se aprovechan de los que no podemos acceder a créditos
bancarios. La lista de mentiras verdaderas a las cuales se acude es bien larga,
cuál de todas más elaborada e interesante.
Cuando me preguntan cuál es la
clave para ser emprendedor, mi respuesta es: tener física hambre. Y es que nada
hay más peligroso que un pueblo con hambre. Un dicho popular en mi país dice
que “el hambre hace hacer muchas cosas”. Es necesario tener física hambre para ingeniarse
la forma de calmarla o como dice otro refrán, “la necesidad es la madre de
todos los inventos”. Cuando se tiene hambre de alimentos, de triunfo, de salir
adelante, de superación, de hacer realidad los sueños, es cuando la persona está
dispuesta a correr grandes riesgos. Infortunadamente muchos, al pensar que el
dinero lo hace todo, hacen todo por dinero y optan por seguir el camino más fácil
o quizás el más difícil, la delincuencia en todas sus manifestaciones, con lo
cual, en vez de solucionar un problema, antes lo empeoran.
Como estoy seguro apreciado lector
y emprendedor que ese no es su caso y que al igual que yo, prefiere comerse un
plato de lentejas conseguido honradamente que darse un banquete manchado de
sangre, quiero recordarle que “quien no sueña, trabaja para un soñador” por lo
tanto, nada de nervios, nadie ha dicho que hacer realidad los sueños sea fácil,
nada que valga la pena lo es. De algo si puede estar completamente seguro, nada
hay más gratificante que hacer realidad nuestros sueños. Así es que lo invito a
insistir, persistir resistir y NUNCA desistir hasta hacer realidad sus sueños y despertar de sus pesadillas. Tiene al mejor banquero, al mejor socio, al mejor consejero, papá
Dios y así usted no crea en Él, Él sí cree en usted. Ore como si todo
dependiera de Él pero labore como si todo dependiera de usted.
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