Para muchos quedarse sin empleo es lo peor que les ha podido
pasar, y no es de criticar, porque muy probablemente siempre han sido empleados
y por lo tanto están acostumbrados a unos ingresos lineales y “seguros”. Por lo
tanto, quedarse sin ellos, es algo bastante traumático y puede causar cualquier
cantidad de dificultades de toda índole, desde verse seriamente afectada la
salud física y mental, como la “estabilidad económica” y todo lo que eso
representa.
Curiosamente para otras personas quedarse sin empleo es lo
mejor ya que durante mucho tiempo habían pensado en renunciar a sus labores
para incursionar en la aventura extrema de crear empresa. Una aventura que se
sabe cómo y dónde comienza pero no como termina.
Y es que emprender es cosa de locos, le debe gustar mucho a
uno la adrenalina para incursionar en el mundo de los negocios. Hablo claro está
de las personas que voluntariamente lo deciden ya que muchos deben ingresar a
ese fantástico y apasionante mundo obligados por la situación política o social
que vive el país o porque no han podido ingresar nuevamente al mercado laboral.
Para estos últimos ya no es un proyecto de emprendimiento sino de rebusque o
sea, hacer cualquier cosa para poder sobrevivir y cuando digo cualquier cosa,
es cualquier cosa, llegando a los extremos de la ilegalidad o de desempeñar
labores u oficios que nada tienen que ver con su formación académica o
experiencia laboral ya que el hambre no da tregua.
Pero en este artículo no me quiero referir a esas personas,
sino a aquellas para las cuales quedarse sin empleo ha sido una bendición en
vez de una maldición. Comienza para ellas la maratónica carrera de encontrar un
nicho del mercado que les permita incursionar como nuevos empresarios. Por lo
general ensayan cualquier cantidad de negocios hasta que al fin dan con el que
se sienten como peces en el agua y triunfan.
Son el tipo de personas de las cuales se dice que triunfaron
de la noche a la mañana. Lo que no saben los dicen eso, es que la noche de los
emprendedores por lo general duro muchos años, durante los cuales tuvieron que
soportar y sortear cualquier cantidad de situaciones que la mayoría no son capaces
de superar y se dieron por vencidos. La noche de los emprendedores por lo
general está plagada de tormentas, de vendavales, de acontecimientos extremos
que pusieron en riesgo no solo su integridad física y económica sino la de
familiares, amigos y hasta de aquellas personas y entidades que en su momento
confiaron en ellos.
Sin embargo, algo que caracteriza a los emprendedores es su
terquedad de intentarlo una y otra vez hasta que al fin lo logran pues como
dice el refrán “tanto va el cántaro al agua que hasta que al fin se rompe”, y
es que para los emprendedores triunfar no es una opción, es una obligación, no
solo para demostrarse a sí mismos que fueron capaces, sino para tener el
orgullo de ver la cara de asombro y de cierta rabia de aquellos que por tantos
años dudaron de ellos y solo esperaban la oportunidad para decirles frases
como: se lo dije, yo sabía que eso no iba a funcionar. Es que de eso tan bueno
no dan tanto. La ambición rompe el saco. El que sube como palma, cae como coco.
Más vale pájaro (empleo) en mano que cien volando. Es mejor la gotera (salario)
que el chorro, Etc. Etc. Etc.
El emprendimiento en resumidas cuentas es quizás el deporte
más extremo que existe, donde la adrenalina siempre está a flor de piel, donde
cada día se presentan nuevos retos, nuevas metas, nuevas experiencias, nuevas
tristezas y por supuesto grandes alegrías. Gracias a los emprendedores, a esas
personas que se arriesgaron, que lucharon, que convirtieron sus sueños en
verdaderas pesadillas que no los dejaron dormir hasta hacerlos realidad, es que
existen en el mundo entero millones de empleos para que los que tienen
mentalidad de quincena puedan mantenerse en su zona de confort por muchos años
buscando una jubilación que pocos logran disfrutar.
Para ellos, para los emprendedores, va mi voz de aliento y
de esperanza. Que recuerden siempre que no hay cosas imposibles, sino personas
incapaces. Muchas veces estarán tentados a tirar la toalla, a darse por
vencidos y hasta pensar en terminar con todo, incluso con su propia vida. Cuando
esas ideas lleguen, solo vean un noticiero de televisión y comprobaran que el
problema que ustedes es nada en comparación de lo que pasa allá afuera donde se
libra una batalla campal, una guerra donde solo sobrevive el más fuerte. La violencia
y la corrupción en todas sus manifestaciones es la constante.
Por lo tanto, nada de nervios, ¡animo! Amigo emprendedor, y
haz siempre como la mitológica ave fénix y renace una y otra vez de tus
cenizas. No solo tú dependes de ti mismo, sino tu familia y la sociedad en
general dependen de personas como tú. Así es que si te acabas de quedar sin
empleo, tienes dos alternativas o buscar uno nuevo – algo cada día más difícil de
encontrar – o comenzar a generarlo y recuerda que en condiciones normales, todo
lo bueno o lo malo que te pase, el único responsable eres tú.
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