jueves, 8 de septiembre de 2016

El proceso de paz


Como dice el refrán “No hay deuda que no se pague ni tiempo que no se cumpla”. Colombia esta por firmar un acuerdo histórico, el fin del conflicto con la guerrilla de las FARC. ¿Qué tan bueno o malo sea eso? No tengo la menor idea, mi corazón dice que es algo bueno ya que principio tienen las cosas pues por lo general, todas las guerras en la historia de la humanidad han terminado en la mesa de negociaciones. Mi mente racional tiene muchas preguntas que solo el tiempo podrá contestar ya que los hechos dicen más que las palabras. Particularmente quiero ver que los acuerdos a que se ha llegado se cumplan de parte y parte, tanto de los colombianos que hemos soportado más de cincuenta años esta guerra fratricida, como de nuestros hermanos guerrilleros. Dios permita que todo salga bien y que Él nos coja confesados. 


Ahora bien, el gobierno de Colombia ha logrado lo que hasta hace poco era algo al extremo difícil, más aun cuando varios gobiernos habían intentado hacer la paz con ese grupo guerrillero sin mayores resultados, pero como ven ¡los milagros existen! Con todo respeto amable lector permítame hacerle unas preguntas ¿Usted ha hecho la paz con usted mismo? ¿Se ha perdonado? O todavía continúa albergando odios y rencores. Porque de algo si podemos estar completamente seguros, Colombia no logrará la paz mientras los colombianos no estemos en paz con nosotros mismos. Es que mientras nos sigamos dándonos golpes de pecho en los templos de toda índole y fuera de los mismos actuemos como verdaderos demonios, ahí sí es muy difícil.

Aquí entre nos y que no lo sepa nadie. ¿Usted a quien no ha perdonado? Porque ¿quién es más inteligente? ¿el que pide perdón o el que perdona? Difícil pregunta ¿verdad? Y más difícil es cuando nos damos cuenta que la embarramos y que por falta de humildad no pedimos perdón. Muchos criticamos al gobierno de Colombia por haber tenido que ceder más de la cuenta para lograr finalmente ese importante acuerdo. ¿Qué tan beneficioso sea para el país o cual va a ser el precio que debamos pagar? Eso no lo saben ni los mismos actores del acuerdo ya que pasaran muchos años antes de comenzar a ver los resultados del mismo en caso que se respete. 

Infortunadamente para los de mi generación, no nos tocara ver a nuestro hermoso país en completa paz ya que quedan los disidentes de las FARC, los del ELN, los de las bacrim, los paramilitares, la delincuencia común, etc. etc. etc. y lo que es más triste aun, quedamos nosotros mismos llenos de rencores, resentimientos, odios y venganzas esperando que esos acuerdos fracasen para poder decir con la arrogancia que nos caracteriza frases tales como: ¡¡¡se lo dije!!! Yo sabía que eso no iba a funcionar. Es que de eso tan bueno no dan tanto. Vaca ladrona no olvida el portillo. Es que, que más se podía esperar de personas que toda la vida han estado matando, extorsionando, violando y cometiendo cualquier cantidad de delitos, ¡es que ahí están pintados!

Los que decimos ser católicos, apostólicos y antioqueños, como en mi caso, en Juan 8:1-7 encontramos una frase que dijo el gran maestro “Aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra” y no ha de faltar el que lo haga porque se cree más santo que el presidente Santos, que sin ser santo, logro un verdadero milagro y no es que yo sea santista porque como saben, soy ateo, no creo en el presidente santos, sin embargo no dejo de reconocer que tiene los pantalones muy bien puestos. Es que soportar la crítica mordaz de más de la mitad de los colombianos que somos ateos y que no creemos en él, eso es para machos y no para muchos. Pero bueno, nada de nervios, lo escrito, escrito esta en las 297 páginas del acuerdo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno y así se queda. 

Lo curioso del este proceso de paz, es que creen en él más los extranjeros que los mismos colombianos. Claro que eso no es de extrañar, ya que por lo general creen más en nosotros las personas que no nos conocen que “nuestros seres queridos”. ¿Alguna vez amigo lector le ha pasado que usted tiene una excelente idea o proyecto y las personas más allegadas a usted lo único que hacen es criticarlo y esperar que usted tire la toalla para poderle decir con cierto orgullo ¿se lo dije?? No, estoy seguro que a usted no le ha pasado eso, afortunadamente eso solo me ha pasado a mí y espero que a usted nunca le pase, porque es algo bien desagradable querer uno salir adelante y que otra persona nos esté recordando los fracasos del pasado y se atrevan a vaticinar los del futuro y como las palabras tienen poder, nada raro que ante tanta negatividad y malos augurios los proyectos fracasen. 

Aunque hasta este momento que escribo este artículo (septiembre 8 de 2016) aún no se si voy a votar por el SI o por el NO en el plebiscito que se llevará a cabo el 2 de octubre de 2016 en Colombia. Quiero volver a leer entre líneas y ver que hay en la letra pequeña del acuerdo. Lo más seguro es que así vote SI o NO, de todas formas me equivoque, pero lo que si hay que hacer es salir a votar y así poder decir con la arrogancia que nos caracteriza ¡¡¡se lo dije!!! Sea porque acertamos o porque nos hayamos equivocado. Algo si hay que tener en cuenta y es que si votamos SI, con ese voto estamos refrendando el acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC e intrínsecamente los estamos perdonando y si votamos NO pues atengámonos a las consecuencias porque con lo fanáticos que somos, nada raro que continuemos en guerra con nuestros hermanos de las FARC por otros cincuenta años ya que difícilmente ellos se sentaran a la mesa de negociaciones para revisar los acuerdos. 

Que conste amigo lector colombiano que no le estoy aconsejando que vote SI o NO, eso lo debe consultar SOLO con la almohada y con nadie más ya que con cualquier persona que usted hable al respecto, es tan fanática como usted y defenderá su posición a costa de su propia vida. Recuerde que el cementerio está lleno de seres humanos que por defender el hecho que tenían la razón, se hicieron matar. Es que como lo digo en uno de mis libros ¡Estamos vivos de milagro! Animo pues amigo lector, lo invito a estudiar el libro del acuerdo. Espero que como a mí, no le quite el sueño y lo que es más importante, piense en las preguntas que le hice al iniciar este articulo y la próxima vez que vaya a misa, antes de recibir la sagrada comunión (en el caso que sea católico) piense a quien no ha perdonado, a quien ha criticado, a quien a juzgado, a quien le ha quitado su honra, sus sueños, su tranquilidad, su vida.


1 comentario:

  1. Excelente análisis Onofre, equilibrado y que despierta la introspección y la proyección de nuestros egos hacia el entorno...no soy colombiana y respeto el derecho a elegir de cada colombiano sobre el futuro de su país y su gente...aunque sigo de cerca este interesante proceso que viven mis hermanos colombianos.

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