lunes, 24 de agosto de 2015

No todo lo que brilla, es oro

Antes que nada permítanme agradecer la gran cantidad de comentarios que recibí de mi blog “Los Pobres Vergonzantes” una situación que hemos vivido millones de personas en el mundo. Ha sido uno de los blogs más leídos y compartidos por mis seguidores. Un abrazo de agradecimiento para todos ustedes.


Hoy escribiré sobre una situación similar y es la de las personas que insisten en aparentar lo que no son y como dice el refrán, “las apariencias engañan y no todo lo que brilla es oro”. Son personas que, al igual que los políticos, prometen cualquier cantidad de cosas con el fin de capturar la atención y el voto de sus seguidores pero que cuando son elegidos, se olvidan de sus promesas o simplemente se encuentran con situaciones que les hace muy difícil cumplir lo prometido. 

También hay personas que se acostumbran tanto a prometer o a aparentar lo que no son, que para ellas lo más normal es prometer cosas que difícilmente cumplirán, aparentan lo que no son y viven en un mundo de fantasía. Aunque soy un fiel defensor de los sueños, siempre he pensado que es importante tener la cabeza en alto pero los pies muy firmes en el piso. El problema con estas personas es que tienen un discurso tan creíble que ellos mismos terminan por creerse sus mentiras y cuando por algún motivo son descubiertos, hacen como la tortuga y se esconden en su propio caparazón. 

Claro que hoy en día hay un sistema mejor para esconderse y es no contestar las llamadas que no son identificadas en los teléfonos móviles y aun siendo identificadas existen otras formas de evitar hablar con la persona que insiste en hablar con nosotros y es enviándole un mensaje de texto diciéndole que no pudo contestarle porque estaba en una junta o hablando con el presidente de la república. Y ahora con lo del tal whatsapp es mucho más fácil evadir responsabilidades. 

Y hablando del guasapen ese. ¿Se ha dado cuenta que se ha convertido en una verdadera epidemia? El característico sonido o vibración del teléfono celular cuando ingresa un mensaje es el sistema de alarma más sofisticado que he conocido ya que pone en máxima alerta al dueño del equipo, el cual detiene o desvía la atención sobre lo que está haciendo no importando lo que sea y cuando digo lo que sea es lo que sea, incluso lo que usted está pensando, para esa persona es mucho más importante saber quién y qué le están escribiendo o cual es el último chisme del día, que concentrarse en lo que está haciendo. La pregunta es ¿Como fuimos capaces de sobrevivir por tantos años sin tanta tecnología sin la cual aparentemente ahora no podemos vivir? 

Pero ese será otro interesante tema que abordare algún día. Por el momento sigamos con el tema de hoy. Otro refrán dice que “Es mejor ponerse colorado por un momento que no descolorido por toda la vida” dicho de otra forma, es mejor decir que no se puede o no se quiere hacer tal cosa que crear falsas expectativas. Es muy desagradable cuando nos damos cuenta que, como decía el célebre comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños en su personaje el chapulín colorado “se aprovecharon de nuestra nobleza”. 

Afortunadamente también existen personas como mi actual socio del cual algún día escribiré ya que es un modelo a seguir, que sin necesidad de tanto protagonismo, realizan sus labores y cumplen con su misión de ayudar a los demás sin necesidad de aparecer en las portadas de las revistas del Jet Set. Son ese tipo de personas que brillan con luz propia, para las cuales los hechos dicen más que las palabras, que cumplir la palabra es cuestión de honor, de respeto. Estas personas existen para tratar de equilibrar la balanza y demostrar que existen seres humanos que aún creen en principios y en valores, algo que está en franca decadencia. 

Lo invito amable lector a que reflexionemos sobre el tema y analicemos a cuantos estamos o hemos engañando con nuestro modus operandi de aparentar lo que no somos, de crear falsas expectativas o de prometer lo que difícilmente cumpliremos. Como decía el gran maestro, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, ya que alguna vez prometimos cosas que nunca cumplimos. Existen otras personas que brillan de tal forma que encandilan, que su brillo semeja al del oro pero que resulta ser una aleación indefinida de metales que de preciosos no tenían nada.

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