miércoles, 25 de enero de 2017

Nadie sabe para quien trabaja

A sugerencia de una persona a quien aprecio mucho, hoy quiero referirme a esta controversial frase. Y es que en un mundo tan cambiante como el nuestro, donde los principios, los valores y la palabra dada esta en vía de extinción y que ni aún los documentos firmados se respetan, todo puede pasar. 


Cuando era niño, y eso hace ya muuuuuuchos años, mis padres hacían negocios de palabra. No había ningún tipo de documento firmado. Un apretón de manos era más que suficiente para sellar el acuerdo de la venta de una propiedad por valiosa que fuera o para confirmar un acuerdo. La palabra en ese entonces era ley y vaya de quien la incumpliera, el desprestigio social era total ya que esa persona no tenía credibilidad alguna.

Así nos criaron a los que ya nuestros blancos cabellos reflejan una edad avanzada, nos enseñaron desde muy niños principios y valores que están en franca decadencia, donde ya no se respeta la palabra dada, ni los documentos, ni la vida misma. Y es que muchas veces (afortunadamente no siempre) cuando hay dinero de por medio no hay socios, no hay amigos, no hay familia, no hay nada. Y es que como decía el sabio Voltaire “cuando se piensa que el dinero lo hace todo, se está dispuesto a hacer todo por dinero”. 

Los que hemos vivido años de “vacas flacas” sí que hemos comprobado eso. Una cosa es cuando uno tiene bienes materiales y otra cuando no se tiene ni donde caer muerto. En los tiempos de “vacas gordas” tenemos “seres queridos por montones”, nuestros familiares no saben dónde ponernos y nuestros “amigos” no pierden la oportunidad para halagarnos y para estar con nosotros. Pero cuando por algún motivo la diosa fortuna nos da la espalda, no solo ella lo hace, sino la mayoría de nuestros “seres queridos”. Claro que en épocas de “vacas flacas” es también cuando se sabe quién es quién. Quienes están con uno y quienes contra uno, por lo tanto esa época tiene muchas cosas positivas. 

Afortunadamente eso solo me ha pasado a mí, así es que usted amigo lector, nada de nervios, usted sí tiene verdaderos amigos y familiares que están con usted en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, etc. Al único que no le han cumplido la palabra es a mí, infortunada o afortunadamente, no lo sé, las enseñanzas de mis padres quedaron grabadas en mi mente y para mí la lealtad, el respeto a todo y a todos y por supuesto a la palabra dada, es algo que he tratado de practicar toda mi vida a costa de soportar las más duras criticas, los más implacables juzgamientos y por supuesto los más desagradables injurias y vejámenes. 

Ahora bien, ¿Qué posibilidad existe de recuperar esos principios y valores?, todas, solo que el día que eso suceda ni usted ni yo estaremos en este plano de la existencia porque hay que darle un giro de 180º a los sistemas educativos del planeta ya que todo parte de ahí, porque como lo digo en mi libro “Estamos bien capacitados, pero mal educados”. Hay quienes se gradúan en las más prestigiosas academias del mundo y practican aquello de que “hecha la ley, hecha la trampa”. Por lo tanto se especializan en como quitarle el dinero, la honra y hasta la vida a quien se cruce en su camino ya que para ellos es más importante el dinero que cualquier otra cosa. 

Por favor no se rasgue las vestiduras, no lo digo por usted amigo lector, usted es uno de esos humanos en vía de extinción para quien el respeto es la piedra angular de la sociedad. Pero dígame si estoy en lo correcto o no. Lo más probable es que mientras usted está muy juicioso leyendo este blog, otras personas están haciendo el mayor daño posible o estudiando la forma de hacerlo. Recuerde que el hecho que a usted y a mí nos vayan a canonizar, no quiere decir que todos nuestros semejantes sean unos santos. 

También habrá quienes en vez de perdonar, estén maldiciendo y utilizando las espaldas de sus semejantes para escalar el gigantesco rascacielos de su ego, de su orgullo, de su vanidad, de su nivel social y económico hasta llegar al último piso y así poder tener a los demás a sus pies. Lo que no saben esas personas es que cuando esa escalera humana que utilizaron para subir se ponga en pie, irremediablemente caerán. De ahí la frase que dice “se amable con las personas que te encuentres subiendo, porque serán las que te encontraras bajando”.

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