Se dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Así
los gurús del neuromarketing digan lo contrario, porque según ellos, uno puede aprender de todo; sin embargo pienso que cada ser humano tiene un talento, una aptitud o unas capacidades para hacer algo mejor que los demás.
Y hablando de neromarketing, ¿Se han dado cuenta que en los últimos años todo aquello que
comience con neuro se ha vuelto más rentable? y es que ahora a los profesionales les dio por anteponerle a
su profesión la palabra neuro, lo cual al parecer es más sofisticado.
Haciendo un paréntesis; hablando de sofisticamientos, hace poco me contactaron para dictar una conferencia y me preguntaron cuanto cobraba yo como coach, le dije a la persona que como coach cobraba en dolares norteamericanos ya que debía ser coherente con el anglicismo y que como entrenador cobraba en pesos colombianos.
Continuando con el tema de la neuro, sigo pensando que estamos viviendo el síndrome de la neurosis
(estado de ansiedad, una situación derivada del estrés que mediante conductas
negativas o demasiado compulsivas tratan de buscar una salida a esa situación
de apremiante ansiedad y nerviosismo) producida por tal cantidad de información
que literalmente nos ataca diariamente por medio de la radio, la prensa, la
televisión y sobre todo por Internet.
A propósito de Internet, recientemente hablaba con una
prestigiosa psicóloga sobre las bondades y dificultades de este fantástico medio
de comunicación y me decía ella que ahora con esto de las redes sociales, difícilmente
se puede ocultar información de uno ya que estamos siendo monitoreados, seguidos y yo diría que perseguidos por esta gigantesca red de redes.
Particularmente me extrañaba el
hecho que habiendo presentado cualquier cantidad de entrevistas para aplicar a
un trabajo, siempre me salían con el mismo cuento que “pronto se comunicarían conmigo”
y en realidad algunas empresas lo hacían para decirme, sin dar mayor explicación, que ya no continuaba en el proceso de selección.
La psicóloga, experta en selección de personal, analizo la
hoja de vida que normalmente yo presentaba y luego ingreso mi nombre a su majestad
Google; con cara de preocupación me dijo que era muy normal que no hubiera
obtenido los empleos a los cuales estaba aplicando ya que una cosa era lo que
decía mi hoja de vida y otra la información que de mi había en Internet,
herramienta muy utilizada por las personas que seleccionan personal.
Tratando de no ofenderme me dijo que debía ser coherente y
consecuente con lo que manifestaba en la hoja de vida que presentaba con la
información que había en Internet, ya que si ambas informaciones no eran
similares, esto generaría muchas dudas en las personas encargadas de selección de
personal pues cualquier cosa publicada o compartida en Internet es de vital
importancia para tomar la decisión de contratar o no a una persona.
Finalmente la doctora me sugirió aplicar solo para aquellos
empleos para los cuales yo tuviera experiencia y preparación académica ya que eso
de estar dispuesto a hacer lo que sea no era muy profesional que digamos, y los
seleccionadores de personal se cuidan mucho de este tipo de personas ya que
toman los empleos como escampaderos y tan pronto les salga uno mejor pago o que
les agrade, se retiran de la empresa ocasionando cuantiosas pérdidas en
entrenamientos.
En mi caso por ejemplo, como vendedor, soy un excelente
escritor. Es un hecho que las ventas es quizás la profesión más rentable, sin
embargo, si bien es cierto por naturaleza todos somos vendedores, no todos llegamos a
ser vendedores profesionales debido a que en las academias nos enseñaron de todo menos
a ser buenos vendedores. Dicho de otra forma, no nos enseñaron como vendernos,
por lo tanto, los que de una u otra forma hemos incursionado en esa profesión,
la mayoría lo hemos hecho en forma empírica y no profesional como debería ser.
Así es amigo lector que si usted es uno de los millones de
desempleados que existimos en el planeta tierra, más nos vale aprender el lucrativo arte
de las ventas antes que cualquier otra profesión u oficio, más ahora cuando las
técnicas de ventas han cambiado sustancialmente tal y como lo afirma en su
libro el profesor Jürguen Klaric “Véndale a la mente y no a la gente” donde
nuevamente se pone de manifiesto aquello del neuromarketing.
Lo invito pues a comparar lo que hay en su hoja de vida con
lo que hay de usted en Internet ya que si usted está inscrito en cualquiera de
las redes sociales como por ejemplo Facebook, LinkedIn, Instagram, etc. Le cuento que sabe más Internet de usted que
usted mismo y si no ha podido conseguir empleo, le sugiero analizar detenidamente
a sus “amigos” o seguidores en las redes sociales y lo que publica o comparte
con ellos pues puede volverse en contra suya.
Recuerde que las personas que
seleccionan personal ya no le están prestando mucha atención que digamos a las
tradicionales hojas de vida sino a lo que usted publica o comparte en las redes
sociales.
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