sábado, 11 de noviembre de 2017

El director de orquesta


Cuenta la historia que en cierta ocasión llego un hombre a solicitar empleo en una orquesta, le preguntaron qué instrumento sabía tocar a lo cual el hombre respondió que ninguno, que él solo quería hacer lo que hacía el que movía una varita frente a todos los demás músicos, según él, algo sumamente fácil.

¿Se ha encontrado usted amable lector alguna vez con una de esas personas que critican a los directores, gerentes o personas que ocupan algún cargo de importancia, manifestando que no hacen nada?, estoy seguro que sí. Lo que no saben esos críticos es que aparentemente esas personas no hacen nada pero tienen toda la responsabilidad, son las encargadas de coordinar que las cosas se realicen, que todo funcione de acuerdo a un programa establecido. Infortunadamente no siempre su labor es tenida en cuenta, caso concreto los directores técnicos de futbol; cuando el equipo está ganando, ellos son los mejores, cuando está perdiendo, son los primeros en ser despedidos. La pregunta es ¿Quiénes son los que realmente están jugando? En la cancha hay once jugadores los cuales, al parecer, a medida que ganan más dinero, se les va olvidando jugar.
Obviamente no soy la persona adecuada para hablar sobre un deporte que despierta tantas emociones como el fútbol, quizás uno de los deportes con mayor número de seguidores en el planeta, yo no soy uno de ellos por la sencilla razón que no entiendo cómo es que los jugadores de los equipos barriales meten tantos goles y los profesionales, difícilmente lo hacen. Les ofrezco mis más sinceras disculpas a todos los fanáticos –literalmente hablando – de fútbol por emitir este tipo de opiniones, no ha de faltar aquel que se rasgue las vestiduras y me trate de cavernícola, ¡casos se ven! Aun así, sigo pensando que no hay labor más desagradecida que la de los directores técnicos de fútbol.

Continuando con el tema de los “directores de orquesta” o de esas personas que “aparentemente no hacen nada” pero que son los responsables de todo, a los que piensan que esas personas no hacen nada, ya me gustaría que trataran de hacer lo que ellos hacen. ¿Sabía usted que es más agotadora la labor intelectual que la física? Como dice la célebre frase “pensar es difícil y más difícil aun es actuar según se piensa”. Por lo general en las empresas el personal administrativo tiene ingresos superiores al personal operativo, lo que muchas veces no saben estas personas es que sus empleos muchas veces dependen del “director de orquesta”, del gerente, del administrador, del coordinador, etc.  Ya que ellos son los directamente responsables de lo que pase o no en la empresa. De hecho, las empresas son fiel reflejo de sus dirigentes.

Cuando una empresa comienza a tener dificultades en cualquiera de sus áreas la culpa no es del personal operativo, es de los directivos que no saben direccionarlos, motivarlos, capacitarlos y lo que es más importante, que tengan sentido de pertenencia y que trabajen en equipo y no como ruedas sueltas. Una cosa es trabajar en equipo donde todos son responsables de todos y de todo y otra trabajar en grupo donde cada cual, aunque es parte de la empresa, es como si no lo fuera y solo está esperando la oportunidad para abandonar el barco o sea de cambiar de empresa ya que cada una de ellas se convierte en un escampadero y solo están laborando allí porque no encontraron una mejor opción. Son ese tipo de personas que trabajan bajo la consigna “es mejor eso que nada”.

La labor principal de un Director de Orquesta (coordinador, administrador, gerente o presidente de una empresa) se lleva a cabo durante las horas (o semanas, o meses y quizás años) de ensayos mientras se prepara la presentación de una obra (de un proyecto o programa de trabajo). Es durante ese tiempo que el Director corrige a los maestros (subordinados) ejecutantes de la orquesta, la dinámica, la debida interpretación rítmica de una frase ambigua, incluso la dirección de los arcos de los instrumentos de cuerdas. El Director debe poner el máximo empeño en la afinación de la orquesta (la empresa), ya que una orquesta desafinada distraerá al oyente (al cliente)  al punto de destruir una gran composición (empresa o proyecto).


La próxima vez que usted critique a un “director de orquesta” porque aparentemente solo juega con una varita, le cuento que al igual que la varita de Harry Potter, puede hacer magia o causar cualquier cantidad de desastres si no es manipulada por un buen “mago”.

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