miércoles, 1 de julio de 2020

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Una frase de cajón que hemos oído desde siempre pero que no hemos escuchado ya que pocas veces la tenemos en cuenta. Haré entonces un superficial recorrido por la pirámide de Maslow.

¿Qué es lo primero que hacemos cuando salimos del vientre de nuestra madre? Respirar ¿verdad? Lo curioso es que muchos aprendemos cualquier cantidad de cosas durante la vida, pero a muy pocos nos enseñan a respirar y  apreciamos el aire puro cuando difícilmente podemos respirar debido a la contaminación en todas sus presentaciones provocadas por nosotros mismos. Y es que como decía el sabio Voltaire “Quien piensa que el dinero lo hace todo, termina haciendo todo por dinero”. Literalmente estamos destruyendo el escaso cuarto del medio ambiente que nos queda por dinero. ¿Será que cuando terminemos con los recursos naturales podremos comer y beber dinero?

Un refrán dice que cuando estamos llenos, no pensamos en el hambre que tienen nuestros semejantes. En el llamado siglo de la tecnología, millones de seres humanos mueren literalmente de hambre. Lo curioso es que más del 50% de los alimentos que se producen en el planeta, se desperdician y toneladas de los que son donados, no llegan a los que los necesitan debido que los “adalides de la paz”, que luchan por los más pobres y necesitados, prefieren destruirlos o dejarlos perder.

Estamos tan concentrados sobreviviendo, haciendo lo urgente, realizando labores que distan mucho de agradarnos, que dejamos de vivir haciendo lo importante y lo que nos agrada y ser felices. Hacemos lo del talador de árboles que olvidaba afilar el hacha porque no disponía de tiempo para hacerlo. Igualmente consideramos el descanso como un lujo que no nos podemos dar, generando niveles de estrés que provocan enfermedades de todo tipo como por ejemplo la depresión, causante de la mayor cantidad de muertes y de suicidios en el planeta.

Del sexo ni hablemos, decimos que hacemos el amor, pero lo que realmente tenemos es relaciones sexuales donde el amor brilla por su ausencia. Y es que es prácticamente imposible hacer el amor porque el amor es un sentimiento, una fuerza tan grande, que difícilmente dimensionamos. Una cosa es tener sexo y otra muy diferente es tener sexo con el ser que REALMENTE se ama y se respeta. Claro que si para nosotros es más importante chatear en el celular que prestarle atención a nuestra pareja o a la persona que está frente a nosotros…

Es un hecho que lo único seguro es que no hay nada seguro, todo está en constante cambio y si no nos adaptamos al cambio y nos descuidamos, nos cambian. La tecnología por ejemplo pone en riesgo cada vez más la estabilidad laboral; millones de empleos se pierden y se perderán porque somos reemplazados por robots con “inteligencia artificial”. Es entonces cuando se debe analizar mejor eso del “homo sapiens” (hombre sabio). ¿realmente si somos tan sabios? El matarnos entre nosotros mismos y poner en serio riesgo la estabilidad del planeta, pone en tela de juicio eso de “hombre sabio”.

En mi libro “La piedra angular” afirmo que es el respeto a todo y a todos, comenzando con el respeto hacia nosotros mismos. Gastamos millones de dolores, perdón, de dólares, construyendo gigantescos templos, mezquitas, estadios, etc. para adorar a nuestros dioses, a los cuales les hacemos cualquier cantidad de promesas, ofrendas, peregrinaciones, sacrificios, etc. Pero no respetamos su verdadero templo, nuestro cuerpo, al cual le hacemos cualquier cantidad de sacrilegios con nuestras extrañas formas de comportarnos y pensar. Claro que como por lo general buscamos a Dios fuera de nosotros ¿Qué más se puede esperar?

Se dice que “el que encuentra a un amigo, encuentra un tesoro” el problema es que, como decía en un blog anterior, debemos seleccionar muy bien a nuestros amigos, ya que hay unos que aparentan serlo, convirtiéndose en relaciones toxicas, que, en vez de edificarnos, nos utilizan, nos menosprecian, y están con nosotros por conveniencia. Un verdadero amigo es aquel que esta con nosotros en las buenas y en las malas y que nos aprecia a pesar de lo que somos. La autorrealización entonces a la que se refiere el señor Maslow y que está en la cúspide de su pirámide de las necesidades, es cuando alcanzamos la felicidad y al serlo, somos creativos, espontáneos, dinámicos y cuando logramos eso, entonces si somos “hombres sabios”.

La pregunta entonces amable lector es ¿Se considera usted un “Homo Sapiens”?

Definición de sabiduría según la RAE: Facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto.



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