Es un hecho
que en la historia de la humanidad nunca antes se había presentado una
situación como la que viven los humanos actualmente. Se habían presentado
cuarentenas focalizadas, pero nunca generalizadas en todo el planeta. La pandemia generada por el coronavirus
COVID19 es algo que necesariamente nos lleva a replantear nuestra forma de
pensar y de actuar en esta, la primera guerra mundial del siglo XXI contra un enemigo "invisible".
¿Por qué
sucedió esta pandemia?
Si nos
atenemos a los comentarios que circulan por las redes sociales, la culpa fue
de las grandes potencias como China o Estados Unidos; que fue un virus creado
en laboratorio y liberado para ocasionar el mayor daño posible a nivel humano y
económico. Los más religiosos incluso piensan que fue una plaga enviada por
Dios para castigarnos por nuestros pecados.
Los científicos
simplemente afirman que fue un virus que muto y seguirá mutando, al cual hasta el momento que
escribo este artículo, no le han encontrado vacuna al Covid19 y a medida que se presenten nuevas mutaciones, necesariamente deberán encontrar nuevas vacunas, de ahí que, todos los científicos, unidos
como nunca, estén intercambiando información con el fin de hallar la solución a virus que no distinguen raza, credo, color o nivel socioeconómico.
¿Por qué
sucedió esto? Nadie lo sabe a ciencia cierta, la realidad es que sucedió, así
muchos lo hayan predicho con una exactitud escalofriante. Sí se
sabía que algo así iba a suceder, ¿cómo es posible que no se hayan tomado las
medidas necesarias con el fin de minimizar el impacto que está generando esta
pandemia?
La respuesta es muy simple, se sabía que algo así podía llegar a
suceder, lo que no se sabía era cuando. Los más optimistas veían el
acontecimiento en un futuro muy lejano, tan lejano que ninguna nación, por
poderosa que sea, estaba preparada para ello, de ahí que se estén presentando
las dificultades que actualmente se están presentando.
Un refrán
popular dice que “después de ojo sacado no vale Santa Lucia”. El virus llego
y nos cogió a los humanos con los pantalones abajo. Miles o quizás millones de
humanos morirán o moriremos antes que se desarrolle un antídoto. La pregunta que nos debemos hacer los que aún estamos en este plano de
la existencia es…
¿Para qué
ha servido y servirá la pandemia producida por el COVID19?
Indudablemente
el primer beneficiado ha sido el planeta tierra, gracias a que más del 50% de los humanos, la plaga más mortífera que tiene, esta encerrada y ha podido respirar un poco
mejor, ya que los niveles de contaminación en todas sus presentaciones han
bajado considerablemente.
Los satélites nos muestran imágenes que desde
hace mucho tiempo no veíamos y es que, de un color grisáceo, el planeta ha recuperado
un poco su hermoso color azul. Las aguas de los ríos, de los mares y de los
océanos han recuperado también un poco sus colores naturales y ni que hablar de lo felices que están las demás especies que viven dentro y fuera del agua.
Se
comprueba entonces que, si los humanos desapareciéramos del planeta tierra,
ésta volvería a ser un verdadero paraíso. Triste reconocerlo, pero así es. Los humanos nos hemos encargado de poner al planeta tierra y todo lo que en el existe
en cuidados intensivos, de eso no cabe la menor duda.
De igual
forma como ha pasado en todas las epidemias, catástrofes naturales y guerras
que han ocurrido y ocurrirán, otra de las grandes beneficiadas ha sido la
ciencia, ya que como dice el refrán, “La necesidad es la madre de todos los
inventos”. Grandes adelantos científicos se han generado de cada situación,
esperemos que de esta también se produzcan.
La pregunta
es ¿Qué aprenderemos los humanos de esta pandemia? Es interesante ver casi
desiertas las más grandes ciudades del planeta ya que, al igual que los animales
en los zoológicos, los humanos estamos encerrados en nuestras casas, con la
diferencia que los animales se suelen comportar mejor que los humanos, ya que
la convivencia entre nosotros deja mucho que desear, pues según reportes de las
autoridades en los diferentes países, los casos de violencia intrafamiliar son
bastante preocupantes, al punto de no saber si el remedio (la cuarentena) es
peor que la enfermedad (el virus).
Particularmente
pienso que lo que debemos aprender del coronavirus COVID19 es humildad y que
debemos ser humanos, tan solo humanos, seres vulnerables, seres que hacemos parte del rompecabezas
del universo y que estamos en este planeta de paso, el cual para nosotros es
una escuela en la cual aprobamos o reprobamos la tarea que debemos desempeñar.
Aprender a ser agradecidos, no solo con nuestros semejantes sino con el planeta
tierra y todo lo que contiene, a la cual debemos dejar en mejores condiciones que la encontramos. El virus nos está dando la oportunidad de reflexionar, de
pensar, de mejorar. De nosotros depende si hemos captado el mensaje o si
simplemente saldremos de la cuarentena más agresivos que antes, más
prepotentes, más orgullosos, más vanidosos o si seguiremos contaminando el planeta
al ritmo que lo venimos haciendo.
Como dicen
los mensajes de la OMS, el vivir o el morir está literalmente en nuestras
manos, lavándolas constantemente con agua y jabón, en protegernos los unos a
los otros ya que mi salud depende de la salud del vecino. Que si bien es cierto nuestras creencias
políticas, económicas o religiosas son interesantes, no son relevantes ya que
lo único importante es la vida y como la vivamos.
Es necesario dejar de
sobrevivir haciendo lo urgente y aprovechar los últimos segundos, minutos, horas,
días, semanas, meses o años que nos quedan acatando al pie de la letra la
regla de oro de no hacer lo que no quisiéramos que nos hicieran.
¡Animo pues
amigo lector! Nada de nervios, lo invito a consolidar su familia, base de la
sociedad. A respetar a todo y a todos y a replantearnos qué y quienes somos.
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