jueves, 12 de marzo de 2015

Bien y mejorando


“…por grandes que sean nuestras dificultades, estoy completamente seguro que serán menores a las que muchos de nuestros semejantes padecen. Con esto no estoy diciendo que cualquiera sea la dificultad no es para preocuparnos, por supuesto que muchas veces la más pequeña dificultad nos atribula pues como dice la frase, “todo aquello que nos hace sufrir no es una tontería, puesto que nos hace sufrir”. El problema consiste en darle a esa dificultad una mayor importancia de la que realmente tiene, con lo cual se magnifica convirtiéndose en un verdadero problema.

Al respecto, como creyente que soy, hay una frase que me agrada mucho y es que “no debemos hablarle a papá Dios de nuestros problemas, debemos hablarle a los problemas de papá Dios”

Otra de las cosas que más atentan contra la autoestima es la depresión, actualmente llamada la enfermedad del siglo. Y es que no hay nada más desagradable que estar deprimido. No le provoca a uno hacer nada y cuando digo nada es nada de nada. Hay días en que amanece uno con la feura alborotada y no quiere saber de nadie ni de nada. El mundo se vuelve un pañuelo y no encontramos una razón para vivir y cuando uno no encuentra una razón para vivir, encuentra una razón para morir. De ahí la cantidad de suicidios que ocurren diariamente en el mundo.

La depresión es la enfermedad que más muertes está causando en el mundo entero. Muchos dirán que existen otras pero se ha comprobado que muchas de las enfermedades que actualmente se consideran de alto riesgo, comienzan con una depresión. El cuerpo somatiza el estrés, la tristeza, el mal humor, el decaimiento, el cansancio, el aburrimiento, la soledad, la nostalgia, la angustia, los miedos, etc. y los convierte en una enfermedad física que fácilmente puede llevar a la muerte.

Uno de los mejores remedios para curar la depresión es la imaginación. Soñar con aquello que quisiéramos ser, tener o alcanzar. Pues como decía el maestro de los sueños Walter Elías Disney “si lo podemos soñar, lo podemos lograr”.

Independientemente sea la situación que estemos experimentando, si encontramos una razón para vivir, superaremos nuestras dificultades por grandes que estas sean ya que, si aceptamos la derrota, eso es lo que tendremos. Recordemos que “casi todo fue difícil, antes que fuera fácil”.

Por lo general las personas que hemos pasado épocas de depresión o sufren de baja autoestima por lo general se mantienen no solo mental, sino físicamente enfermas, son hipocondriacas, si no están enfermas, se inventan la enfermedad. Siempre con el ánimo de generar lastima. Son el tipo de personas que dicen no servir para nada, que desprecian sus dones o habilidades naturales, siempre están realizando tareas o funciones para las cuales no se han preparado o estudiado, por lo tanto se mantienen frustradas y varadas como corcho en remolino o como el ratoncito, metidos en un molinete dando vueltas y vueltas sin rumbo fijo. De la casa al trabajo y del trabajo a la casa, nunca buscan otras actividades que les permitan sentirse vivos, útiles para la sociedad. Son cusumbos solos, aislados en un mar de preocupaciones y por lo general reunidos con “amigos” que están más desorientados y deprimidos que ellos mismos.

Como dice la frase aquella que “Dios los cría y ellos se juntan”. De ahí el lucrativo negocio de los bares y tabernas, donde la gente se reúne por lo general a tomarse unos “traguitos” con el fin de “escapar” a esa dura realidad que viven, compartirla con sus desafortunados amigos y lamentarse de sus múltiples dificultades, vicisitudes e infortunios, cuál de todos peor. Creando entonces un círculo vicioso de nunca acabar…"

En este libro aprenderemos como mejorar nuestra autoimagen, la Autoestima, el sentido de pertenencia, Bien y mejorando las relaciones públicas, el servicio al cliente y la fe no solo en nuestro Dios sino en nosotros mismos.

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