miércoles, 21 de agosto de 2024

Maestro o instructor.



Fueron varios los comentarios sobre mi blog sobre el “Oscurantismo Tecnológico”, quisiera compartirlos todos con ustedes, la gran mayoría muy positivos y que están de acuerdo con el artículo.

Sin embargo, quiero trascribir el comentario del profesor Jorge Rivas, docente de la ciudad de Bogotá, Colombia, quien manifiesta lo siguiente “Muy interesante su blog sobre tecnología señor Restrepo, pero quisiera verlo a usted frente a un grupo de 42 adolescentes y varios de ellos chateando mientras yo trato de dictarles una clase de matemáticas. Con todo respeto, señor Restrepo, pero pienso que escribir es muy fácil, otra cosa es lidiar con los jóvenes de ahora que piensan que saben más que sus profesores”

No debe ser fácil profesor Jorge “lidiar” con jóvenes adolescentes y más con grupos antipedagógicos de 42 estudiantes. Si difícilmente se puede atender a uno ¿Qué diremos de tratar de controlar a 42? Pero bueno, esa es la situación de nuestro amado país Colombia, donde el modelo educativo deja mucho que desear y me atrevería a decir que de la mayoría de los países del mundo, de ahí que los resultados saltan a la vista. Cárceles atiborradas de delincuentes, la mayoría de los cuales mínimo saben leer y escribir y muchos de ellos hasta han salido de las más prestigiosas universidades.

Una frase atribuida al científico Albert Einstein dice que “es de tontos esperar resultados diferentes y continuar haciendo lo mismo”. Es un hecho que los sistemas educativos de la mayoría de los países del mundo están desactualizados por no decir qué obsoletos. Pero bueno, mientras la capacitación sea un excelente negocio, difícilmente van a cambiar porque prima el bien particular que el bien común.

Ahora si permítame profesor Jorge responder a su comentario y con él, varios otros que me hicieron, palabras más, palabras menos expresando inconformidad con mi artículo, los cuales agradezco.

También yo fui docente por varios años cuando era un poco más joven. Claro que en ese tiempo no teníamos las dificultades que tienen ustedes los docentes actuales con la tecnología y particularmente con los teléfonos celulares. Sin embargo, los muchachos siempre han sido inquietos y han tenido cualquier cantidad de pretextos o distractores para no atender a clase. Así es profe, que nada de nervios y por favor continúe en su loable labor de tratar que sus estudiantes aprendan algo de lo que usted enseña.

Una cosa es ser maestro y otra muy diferente ser instructor, maestro es aquel que llueva, truene o relampaguee, está compartiendo con sus estudiantes lo poco o lo mucho que sabe y los ve a ellos como si fueran sus hijos, dos películas que especialmente recomiendo a los docentes cuando les dicto mis conferencias son, el profe, de Mario Moreno Cantinflas y la película india Taare Zameen Par. En ellas se puede apreciar lo que es un verdadero maestro.

Instructor, en cambio, es aquel que llego a la docencia por carambola, porque no encontró más que hacer o porque no encontró trabajo haciendo otra cosa y ve a sus estudiantes como una carga, como un karma, como personas que representan para ellos una fuente de ingresos y el día que no les llega el pago a tiempo simplemente suspenden labores y que cada cual se defienda como pueda. Infortunadamente, las instituciones educativas de todos los niveles están llenas de instructores y de muy pocos maestros.

Tal y como lo exprese en mi artículo anterior, en vez de los docentes estar peleando con los muchachos para que no utilicen los celulares, enséñenles a utilizarlos adecuadamente y en cuanto a que los muchachos se creen saber más que los profesores, es lo más probable porque los jóvenes actualmente cuentan con la información en tiempo real, más se demora un científico en patentar un invento que los muchachos saber de qué se trata, como funciona y como mejorarlo.

Cada día algunos títulos académicos como son los que tienen que ver con las TIC son menos importantes, como lo expresaba en un artículo anterior, hay niños y adolescentes que le dan cátedra de tecnología a adultos que salen de las más prestigiosas universidades a buscar empleo cuando estos muchachos, en vez de buscar empleo, lo están generando. De ahí que las grandes multinacionales ya no les interesa tanto contratar a profesionales con cualquier cantidad de títulos universitarios. Esas empresas están contratando personal que demuestre lo que saben hacer con lo que saben hacer.

Así es profesor Jorge y todos los demás docentes que me escribieron, que les sugiero que, en vez de seguir dictando clase como se hacía hace doscientos o trescientos años, se conviertan en acompañantes, en coordinadores, en facilitadores, permitiendo que sus estudiantes utilicen al máximo esos bichos llamados celulares o computadores para investigar y estudiar en tiempo real lo que ellos van a necesitar en el futuro inmediato o en las profesiones u oficios que quieren desempeñar. Recuerden lo que decía el humanista neerlandés Erasmo de Rotterdam “Es de tontos aprender, lo que luego hay que olvidar”.


  

domingo, 30 de junio de 2024

Dar sin que nos pidan.


"Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores" (Khalil Gibran) 

Siempre se ha dicho que para un buen entendedor con pocas palabras basta.   

Hace poco me encontré con un “amigo” al cual hacía algún no veía y quien aparentemente se alegró al verme. La verdad es que no pudo evitar el encuentro ya que estaba sentado en su flamante vehículo, al parecer esperando a alguien. En pocos minutos me contó de las empresas que tenía, de los estudios que había realizado y de los que estaba realizando. Yo simplemente lo deje que hablara, en ningún momento me pregunto algo sobre mi o sobre mi familia, siempre hablaba de él y de lo exitoso que era. Me dijo que se había enterado de mi revés económico y lo mucho que lo lamentaba. Sin embargo no dijo nada sobre querer ayudarme pese a que acababa de contarme de las empresas que tenía y de lo bien económicamente que estaba. 

Cuando se marchó, no sin antes despedirse de mí con una enigmática sonrisa, me quede pensando lo que hace el dinero en las personas, a muchas de las cuales vuelve insensibles, indiferentes, distantes y son de las que lo miran a uno por encima del hombro o a veces ni eso. Sabía que mi “amigo” hubiera podido hacer mucho por mí pues conocía su gran poder económico. ¿Qué habría pasado si le hubiera pedido ayuda? Posiblemente me hubiera ayudado, sin embargo, la pregunta es ¿A qué buen amigo es necesario pedirle ayuda sabiendo nuestras dificultades? 

A usted que está leyendo este articulo quiero hacerle una pregunta ¿A quién ha ayudado hoy sin que esa persona se lo haya solicitado? Dirá usted que no tiene económicamente nada para dar, lo cual puede ser cierto. Pero, ¿Qué tal si comienza a dar de lo que usted tiene en abundancia? ¿Sabía usted que el mejor regalo es aquel que no pueda comprar con dinero? ¿Qué tal si hoy, sin decir absolutamente nada, le da un abrazo sincero a esa persona con la cual usted convive, labora o permanece la mayor parte del tiempo? Le anticipo que debe estar preparado(a) para una reacción no siempre muy agradable, porque es muy probable le pregunten que le está pasando, si está consumiendo alguna droga de esas raras, si tiene fiebre o si piensa que se va a morir y ya se está despidiendo, ya que por lo general, no estamos acostumbrados a ese tipo de manifestaciones. 

Recuerde que hay personas tan pobres tan pobres que lo único que tienen es dinero. Dar sin necesidad de que nos pidan es quizás la mayor obra de misericordia. Le sugiero volver a leer un artículo que publique recientemente (http://onofrerestrepo.blogspot.com.co/2015/08/los-pobres-vergonzantes.html) en el cual escribo al respecto.

Siempre se ha dicho que el dinero no hace la felicidad, idea que respeto pero no comparto, ya que podemos hacer felices a muchas personas con dinero o sino que lo digan las personas que en un momento dado son favorecidas con una ayuda económica que no esperaban. Pienso que los que dicen que el dinero no es importante es porque nunca lo han tenido o no lo han sabido utilizar. Por supuesto que el dinero es importante, otra cosa es que nos fanaticemos y estemos dispuestos a hacer cualquier cosa por conseguirlo. Recordemos la frase de Voltaire cuando decía “Quien cree que el dinero lo hace todo, acaba haciendo de todo por dinero”

La Madre Teresa de Calcuta afirmaba que: "quien no vive para servir, no sirve para vivir". Reflexione sobre lo mucho que puede hacer en pro de sus semejantes. Claro que si usted es de los que interpretan mal el más grande mandamiento de "Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu" y ese dios es el dinero, ahí si no hay nada que hacer porque no podrás practicar el segundo mandamiento de "y al prójimo como a ti mismo"

martes, 23 de abril de 2024

La venganza del Cliente.


Existen tres variables fundamentales para competir en un mercado cada vez más globalizado y tecnificado: La calidad, el precio y el servicio. Sin embargo, me atrevería a asegurar que, de las tres variables, la más importante es el servicio al cliente porque se supone que nadie va a sacar al mercado un producto o servicio de mala calidad y con un precio que no sea el justo, claro que casos se ven, donde existen productos y servicios de dudosa procedencia y calidad y con precios que no son los adecuados.

Pero bueno, supongamos que tenemos productos y servicios de buena calidad y a precios justos; nos queda entonces el servicio al cliente, el cual es la llave maestra para triunfar a nivel personal, social, profesional y empresarial. Curiosamente, aunque se sabe que esta es la principal herramienta para competir en un mercado cada vez más exigente, no siempre se aplica porque se continúa tratando al cliente como alguien que importuna con su presencia o en el peor de los casos, se califica a los clientes como clientes de primera o de segunda categoría o se prejuzgan ya sea por su apariencia, vestimenta, etc.

¿Sabía usted amable lector que cada vez son menos los clientes que se quejan? Ello se debe a que ahora lo que hacen los clientes es utilizar la poderosa herramienta de la Internet. Cuando el cliente no es bien atendido o el producto o servicio no cubre sus expectativas, de inmediato lo comenta con los contactos que tiene en WhatsApp o en las redes sociales y a su vez estos hacen lo mismo, de tal forma que el mensaje se viraliza y en pocos minutos miles de personas están enteradas de tal situación, es literalmente, la venganza del cliente.

Ahora no hay una segunda oportunidad de brindar un servicio de excelencia y mucho menos de tratar de enmendar el error porque todo se hace en tiempo real. En el mismo instante que el cliente está siendo mal atendido puede estar comentando con sus contactos lo que le está sucediendo y por lo general es lo negativo porque pocas veces se viraliza lo positivo.

La pregunta es, si los empresarios saben esto, ¿Por qué es tan común continuar viendo personas para las cuales es más importante lo que están haciendo en el celular o en el computador que prestarle toda la atención al cliente?

Afortunadamente, se está tomando conciencia de esto y en algunos lugares, más que todo en restaurantes, se instalan inhibidores que bloquean la señal para que tanto los empleados como los clientes no puedan utilizar el teléfono celular y en vez de prestarle atención a sus celulares, dialoguen. Siendo el celular el que, en cierta forma, se ha convertido en una verdadera amenaza para el correcto funcionamiento de las empresas, causándole cuantiosas pérdidas económicas.

¿Cómo contrarrestar la adicción a los computadores y celulares? Solo hay una forma, con capacitación constante. Infortunadamente, como todo tratamiento de adicciones, el proceso es lento y los resultados son a mediano y largo plazo. Algo que no se debe hacer es prohibir el uso de la tecnología, ya que todo lo prohibido es apetecido y como lo escribí en un blog anterior, evitar el uso de celulares o computadores a nivel general, es querer tapar el sol con un dedo.

Cualquiera sea su actividad o profesión, le sugiero encarecidamente que le preste la mayor atención al servicio al cliente porque este es el que paga TODOS sus gastos e inversiones. Evalúe entonces quién es su cliente, comenzando por usted mismo y responda la pregunta del millón ¿Se está y está prestando un servicio de excelencia? De su respuesta depende su triunfo o su fracaso.



sábado, 13 de enero de 2024

La diosa oportunidad



Cuenta la historia, que una de las diosas de los antiguos griegos era la diosa oportunidad, a la cual pintaban y esculpían casi calva, a excepción de un mechón de pelo que le cubría la cara. La idea era que cuando alguien viera venir a la diosa oportunidad y la lograra coger del mechón de pelo, ella le hacía realidad todos sus sueños, pero si se dejaba pasar, ya no se podía coger del pelo. 

¿Cuántos de nosotros hemos visto llegar a la diosa oportunidad y, sin embargo, la dejamos pasar? Sin temor a equivocarme, pienso que a la mayoría de los seres humanos. Se suele decir que hay tres cosas en la vida que no tienen regreso, la palabra dicha, la flecha lanzada y la oportunidad pérdida. Lo cual no es del todo cierto porque oportunidades siempre se presentarán en la vida. Solo que la mayoría de las veces las desaprovechamos o las dejamos pasar esperando una mejor. La pregunta es ¿Cuál es la mejor? Al igual que esperar encontrar al hombre o a la mujer perfecta, es muy difícil. 

Pienso que la mayoría de las oportunidades se pierden por miedo a aprovecharlas o porque simplemente no las vemos, pues, como dice el refrán, “no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír”. Resulta paradójico el hecho que siempre estamos pidiendo una primera, segunda o tercera oportunidad y cuando esta se presenta, no la aprovechamos. Hay veces que ni haciéndonos un dibujo con plastilina la vemos o ¿será que solo vemos lo que queremos ver? Eso también puede ser cierto. Que las oportunidades se pierden no es del todo cierto, por lo general las aprovechan otros y los que las dejaron pasar se consuelan diciendo que, “lo que no es para uno no es para uno”, o ,“al que le van a dar le guardan”. 

Otra historia es la del hombre que todos los días sin falta le oraba a Dios. En cierta ocasión hubo una inundación en el pueblo y las aguas comenzaron a subir rápidamente. A la casa del hombre llegaron unos amigos en un bote y le dijeron que subiera a él porque de lo contrario se iba a ahogar, a lo cual el piadoso hombre replico que no era necesario porque Dios lo iba a salvar. Minutos más tarde el hombre se subió al techo de la casa y en esas pasó un helicóptero del cual le arrojaron una escalera de cuerdas para que subiera y él nuevamente se negó diciendo que Dios lo salvaría. El caso fue que el hombre al fin se ahogó y cuando llego al cielo increpo a Dios diciéndole por qué no lo había salvado de aquella inundación, siendo que él era un hombre tan piadoso. Después que el hombre se hubo desahogado con Dios, este tranquilamente le dijo que le había mandado un bote y luego un helicóptero para que se salvara y que no había querido aceptarlos, por lo tanto, la culpa que hubiera fallecido en esa inundación no era de Él. Es un hecho que papá Dios siempre nos está enviando salvavidas y nos presenta oportunidades, sin embargo, pocas veces las vemos o las aprovechamos.

Lo invito, pues, amable lector a reflexionar sobre cuál ha sido la última oportunidad que usted ha desaprovechado, a la cual ha procrastinado o dejado para otro día. Lo más probable es que hayan sido varias y le haya pesado no haberlas aprovechado. Claro que también debo solidarizarme con usted manifestando que a veces hay que decirle no a algunas “oportunidades”, ya que pueden resultar siendo un distractor para llevar a cabo nuestro proyecto de vida.