domingo, 22 de febrero de 2015

Autoestima


AUTOESTIMA
"El triunfo más grande es la aceptación de uno mismo"
 Ben Sweet

No se sabe que es más importante, si que los demás nos quieran o querernos  nosotros mismos. Es bueno sentirnos amados, respetados y tenidos en cuenta; sin embargo es más importante aun amarnos y respetarnos a nosotros mismos.  Es cierto que muchas veces amanecemos con la feura alborotada y nos vemos más viejos, más flacos, más gordos o estamos con los ánimos por el suelo. Eso es normal pues estar siempre al ciento por ciento es bien difícil, más aun cuando el medio que nos rodea es hostil y por lo general está siempre bombardeándonos con  información negativa. La radio, la prensa y la televisión nos invaden con noticias que nos hacen pensar que el fin del mundo está cerca, que no hay nada por hacer, la depresión se apodera de nosotros y cuantos han vendido o dejado todo porque el mundo se iba a acabar. Más aun, cientos de personas se les han acabado el mundo antes de tiempo porque se han suicidado de miedo porque se va a acabar el mundo. ¡Qué susto!
Sigo pensando que estamos vivos de milagro. Y es que con todas las cosas que ocurren a nuestro alrededor, de las nefastas noticias que nos llegan, de las profecías que se han cumplido o que están por cumplirse, de los hechizos o brujerías que nos han hecho, los que estamos casados que dormimos con el enemigo, los desastres naturales, de las guerras que buscan la paz (algo bien contradictorio), los extraterrestres que nos invadieron o que nos van a invadir, de los asteroides que van impactar a nuestro planeta, de la contaminación, del señor que saca por la ventana un tubo negro y no sabemos si es un telescopio o un cañón, etc. Etc.  En fin la lista sería interminable. Definitivamente, estamos vivos de milagro.
Es ahí donde nuestra estima baja a niveles preocupantes, nos sentimos incapaces de hacerle frente al mundo y es cuando recordamos aquellas palabras que por tanto tiempo nos dijeron y que tanto nos hicieron sufrir. El mundo se nos vuelve un pañuelo y simplemente caemos en la depresión, en el abatimiento y la nostalgia.
Cuando somos valorados no por lo que somos sino por lo que tenemos, como quien dice, cuanto tienes, cuanto vales. Cuando se mide el grado de éxito que ha tenido un ser humano de acuerdo a la marca del vestido que usa, al carro que conduce o la casa donde vive; el 95% de los seres humanos no pasamos la prueba. Podría decirse, de acuerdo a esos parámetros, que los que hacemos parte de ese porcentaje somos unos fracasados.
Es entonces cuando hay que recurrir a la autoestima. A valorarnos no por lo que tenemos sino por lo que no tenemos, amarnos no por lo que somos sino a pesar de lo que somos, aumentando nuestro amor propio, aceptándonos tal y como somos. Así digan que todo ser humano tiene un precio, o sino que lo digan las aseguradoras las cuales le ponen precio hasta la uña del dedo pequeño del pie izquierdo. Es importante darnos cuenta que no todo se mide en términos económicos o financieros. Lo importante es saber quién soy, no que soy. En la medida que nos amemos podremos brindar amor. En la medida que nos respetemos, respetaremos. En la medida que nos valoremos, apreciaremos todo lo que nos rodea. Pues nadie puede dar lo que no tiene.
El origen de toda maldad es el vacio interior, el vacío existencial del cual hablaba el Dr. Víctor Frankl, ese no saber de dónde venimos ni para donde vamos. El no encontrarle sentido a la vida es lo que lleva a muchos seres humanos a tomar la más drástica de las decisiones como es el suicidio. Porque dicho sea de paso, existen personas que son tan pobres que lo único que tienen es dinero. Ahora bien, muchos dirán que es mejor llorar conduciendo un Rolls-Royce Phantom o un Ferrari Enzo.
Es necesario entonces recordar cuál es nuestro sueño, cuáles son nuestros principios y valores. Que es lo que nos mueve a hacer lo que hacemos y el por qué lo hacemos. La autoestima es entonces un ingrediente fundamental para la realización de nuestros sueños. La autoestima es quererse a uno mismo y querer a los demás, significa que somos valiosos, dignos, que valemos la pena y que somos capaces. Implica respetarnos a nosotros mismos y enseñar a los demás a hacerlo.
Como lo decía la Dra. Eleanor Roosvelt “nadie puede hacernos mal ni hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento”. Y es que cuando permitimos que trapeen el piso con nosotros la primera vez, lo más seguro es que lo quieran seguir haciendo. Cuando permitimos que apaguen nuestras ideas o nuestros sueños; es muy probable que lo continúen haciendo mientras lo permitamos.
La autoestima es el requisito indispensable para las relaciones interpersonales sanas. El amarse así mismo permite que puedas amar y respetar a los demás. Es necesario conocer cómo funcionamos, es decir, cuáles son nuestras fortalezas y aspectos positivos y cuáles son nuestras limitaciones. A partir de esta valoración, decidiremos qué aspectos deseamos mejorar y cuáles reforzaremos. 

Adquiera este y otros libros del mismo autor en www.amazon.com/author/onofre y en www.autoreseditores.com/onofre

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogs Anteriores