lunes, 2 de marzo de 2015

Pasión por su sueño


APACIONESE POR SU SUEÑO
“El ser humano es verdaderamente grande
sólo cuando obra a impulso de las pasiones”
Benjamin Disraeli

Permítanse amable lector transcribir de la página  www.colombiaespasión.com   lo que es para nosotros los colombianos la pasión:

 “¿Por qué Colombia es Pasión? Colombia es Pasión porque luego de un proceso de búsqueda de la esencia colombiana centrado en descubrir cuál era ese factor ventajoso que permitiera revestir de competitividad y diferenciara al país, se encontró que el común denominador de los colombianos era su inagotable Pasión. Se llegó a la conclusión que  la pasión es la fuerza que nos mueve día a día, es la fuente de donde surge nuestra extraordinaria tenacidad e intensidad por todo lo que hacemos.  Sin duda alguna, la pasión es la mejor materia prima de nuestros ciudadanos. La percepción positiva sobre Colombia comienza por la actitud que adoptemos los que nacimos en esta tierra. Desde cada uno de nosotros empieza la proyección de la imagen que deseamos para nuestro país. Por eso Colombia es Pasión, trabaja para que cada uno de los colombianos seamos fieles representantes de la identidad nacional; identificándonos  con ese  corazón noble, contándole al mundo las cosas buenas que hacemos con Pasión. Entonces, más que una marca, Colombia es Pasión,  se ha convertido en un sentimiento que identifica a todos los colombianos como un grupo social y cultural único. Además de ser el motor que nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos por el bien del país. Por otro lado, también, se está transformando en un símbolo cuyo impacto maximiza el reconocimiento de la calidad de  la identidad colombiana a nivel internacional”

No es posible lograr nada sin pasión. La pasión es el norte de nuestras vidas. Los invito a que nos detengamos a pensar sobre el tema y a hacer una pequeña analogía con la relación de pareja. Cuando nos enamoramos, y espero que todos lo hayamos hecho alguna vez, ¿nuestras decisiones con respecto al ser que amábamos las tomábamos con la razón o con el corazón? Pienso que si las hubiéramos tomado con cabeza fría o sea analizándolas detenidamente, difícilmente nos habríamos casado pues, por donde quiera que se mire la relación de pareja es quizás la empresa más difícil de administrar, no solo por los grandes capitales que se requieren para que funcione, sino por la gran cantidad de profesionales en todas las áreas del conocimiento que se requieren: Médicos, ginecólogos, urólogos, pediatras, psicólogos, maestros, sacerdotes, banqueros, electricistas, plomeros, carpinteros, esteticistas, etc. La lista es bien larga y cuál de todos cobra más por sus servicios.
Obviamente la mayoría de nuestras decisiones están basadas en la pasión, en el enamoramiento, en ese deseo incontrolable que nos lleva a cometer las más grandes locuras (como el matrimonio por ejemplo). A dejarlo todo por amor. Familias, reinos, fortunas y hasta la vida misma; lo dejamos todo por ir tras el sueño de compartir con alguien ya sea por toda la vida o tal vez por unos momentos.
Y es que cuando hacemos lo que nos gusta, aquello por lo cual estamos apasionados, el tiempo y las barreras no existen.  Mi padre por ejemplo, debía caminar más de ocho horas por caminos inhóspitos, atravesando ríos, montañas, montes y valles para ir a visitar a mi madre; solo para verla, compartir unos momentos con ella y luego retomar el camino de regreso. No había un beso, no había un abrazo, no había ningún contacto físico pues en esos tiempos, en familias tradicionales como la nuestra, cualquier muestra de afecto más allá de las palabras era mal vista y si el galán se propasaba con la dama en cuestión, perdía chicha, calabaza y miel. Para los lectores que no son colombianos y que no comprenderían el anterior refrán. Lo perdían todo. 
Eso si era amor. Vaya ahora en nuestros tiempos que se dé algo así. Cuando en la primera cita física. Pues ahora con esto de la tecnología y de la Internet hay que hacer la aclaración porque también existen citas virtuales. Si la dama o el caballero no dan algo de sí y ya saben los lectores a que me refiero; pues simplemente están aut (traducción: fuera de la moda) y es muy probable que no haya una nueva cita o encuentro, así sea virtual.
Como este no es un libro para tratar temas tan escabrosos como la relación de pareja. Continuemos entonces con la idea de cómo hacer realidad nuestros sueños. Es necesario entonces que nos dediquemos a hacer aquello que nos apasiona. Recordemos que el 95% de lo que hacemos lo hacemos por emoción, la razón pocas veces entra en juego. Algunos dirán que por eso estamos como estamos. Por no pensar y actuar de forma responsable. Respeto esa apreciación más no la comparto pues; como lo dije antes, si nos pusiéramos a pensar con cabeza fría o razonando todo lo que hacemos, la raza humana habría desaparecido o el planeta tierra estaría casi deshabitado de seres humanos. 
¿Se imagina usted que antes de tener una relación sexual nos pusiéramos a pensar detenidamente sobre las consecuencias, y no me refiero precisamente a las enfermedades de trasmisión sexual por no tener las debidas precauciones o a los embarazos no deseados; sino más bien al hecho de la posibilidad de fecundar un ser que necesitara nos solo de nuestro apoyo moral sino también de grandes inversiones de capital, del acompañamiento de diversos profesionales en todas las áreas del conocimiento, del riesgo que no sea un ser saludable o que con el correr de los años se convierta en una verdadera amenaza para el resto de la humanidad?.
Lo que se ha llamado como el factor Wallenda “Estar en la cuerda floja es vivir, lo demás es esperar”. Es lanzar el corazón en todo aquello que hacemos, lo demás vendrá por añadidura. Una cosa es sobrevivir lo cual hacen el 95% de los seres humanos que se dedican a hacer lo urgente y otra muy diferente vivir que es lo que hace el 5% restante.
Para nosotros los católicos, en la vida de nuestro guía espiritual Jesús, los momentos que más trascendieron en su historia fueron precisamente los de la pasión y si valió la pena la pasión, valieron la pena los clavos. Si lo que se hace con pasión nos causa sufrimiento, disfrutaremos aún más la recompensa.  Ahora bien. Nadie nos puede decir que es lo que nos apasiona. Eso es algo que llevamos dentro, solo nosotros sabemos a ciencia cierta qué es lo que nos apasiona hacer. No se puede estimular la pasión, cada quien tiene la suya.

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