El que mucho abarca, poco aprieta

EL QUE MUCHO ABARCA, POCO APRIETA.

“No anheles el bien futuro:
mira que ni el presente está seguro”.

F.M.Samaniego

Literalmente la frase es cierta, pues si pretendemos coger muchas cosas al mismo tiempo es difícil sostenerlas todas.

Algo muy diferente es cuando se piensa en grande y se quiere romper con la serie de paradigmas que han gestado este tipo de frases que solo nos limitan y obstaculizan nuestro crecimiento, nuestro desarrollo y nuestras ganas de salir adelante.

Las personas que así piensan son las que creen que porque sus antepasados fueron pobres o no se han arriesgado a trascender en la historia, ellos también deben serlo y resignarse a hacer lo que la familia ha siempre ha hecho.

Justifican su mediocridad con la excusa que como no tuvieron estudio ó se criaron en un medio hostil,  lleno de limitaciones, de dificultades o de extrema pobreza; no pueden aspirar a nada mejor, afirmado cosas tales como que “Dios lo quiso así por lo tanto poco o nada se puede hacer”.

Bien dicen que “no hay peor sordo que el que no quiere oír o peor siego que el que no quiere ver”, y es que resignarse a sobrevivir es relativamente fácil y requiere un esfuerzo mínimo. En cambio, vivir una vida llena de comodidades y como Dios manda, eso sí requiere de una alta dosis de arduo trabajo, de esfuerzo, de entrega, de perseverancia; algo que difícilmente están dispuestos hacer aquellos que siempre juegan a lo seguro y que evitan a toda costa correr cualquier tipo de riesgo.

Las únicas limitaciones están en nuestra mente. Si pensamos en cosas negativas, atraeremos cosas negativas, pero si por el contrario pensamos en cosas positivas atraeremos cosas tan positivas y tan grandes como sean nuestros pensamientos, nuestra imaginación.

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