EL QUE
PONE LA PLATA, PONE
LAS CONDICIONES
Quienes creen que el dinero lo hace
todo,
terminan haciendo todo por dinero.
Voltaire
La frase es aplicable dependiendo de nuestra mentalidad
y de cuanto nos valoremos. Pues si subestimamos nuestras capacidades,
fortalezas, experiencias, formación académica, etc. Nos “venderemos” por lo que
quieran pagar por nuestro trabajo. Todo depende de que tan alta tengamos
nuestra autoestima.
Es posible que los que hemos sido empleados, o sea
el 95% de los seres humanos, habremos tenido que obedecer órdenes y muchas
veces nos habrán dicho frases tales como “si no le gusta así, esa puerta es muy
grande y afuera hay mucha gente que puede remplazarlo”. Lo cual es cierto. Lo
que no saben es que es muy probable que las personas que están afuera no tengan
el sentido de pertenencia, la experiencia y el conocimiento que tienen los que están
trabajando.
Infortunadamente el mundo está lleno de esos jefes
que por el hecho de ocupar un cargo un poco más alto que el de sus subalternos,
hacen lo que les viene en gana, ultrajando y esclavizando a sus compañeros de
trabajo haciéndoles la vida imposible. Olvidando que en la vida, lo único
seguro es que no hay nada seguro y como dice el refrán “el mundo da muchas
vueltas” y el poder que hoy ostentan, mañana tal vez no lo tengan.
Analizando un poco más detenidamente la frase
anterior nos daremos cuenta que no es del todo cierta.
Supongamos que vamos a crear una empresa. Tenemos el
conocimiento, la experiencia, el mercado pero no tenemos capital suficiente
para montarla. Buscamos entonces un socio que invierta el capital y
constituimos la empresa; sin embargo nuestro socio no conoce las formulas ni
como se hacen los productos que se fabrican en la empresa. El simplemente
aporto el capital.
Las preguntas son: ¿Quién es el verdadero dueño de
la empresa? En caso de fallecimiento o retiro del socio que conoce los
“secretos” de la empresa ¿Qué pasaría con ésta si nadie más sabe las formulas
de los diferentes productos? La empresa simplemente desaparece. Por lo tanto
¿Quién era el verdadero dueño, el que aporto el dinero o el que participo con
su conocimiento?
Otro ejemplo es el de los vendedores. Suele suceder
que cuando un vendedor que lleva muchos años trabajando con una empresa se
retira, se lleva consigo mucha parte de los clientes, ya que, en el transcurso
de los años, no solo hizo clientes, sino amigos que lo seguirán a donde vaya.
Otro de los muchos
ejemplos que podríamos mencionar para desvirtuar la frase de que “el que pone
la plata, pone las condiciones” sería el de los maestros en cualquiera de las
diferentes áreas del conocimiento o de las artes. Los que pagan son los
alumnos, pero los que establecen las reglas, las condiciones y dicen como se
hacen las cosas son los maestros.Adquiera este y otros libros del mismo autor en www.amazon.com/author/onofre y en www.autoreseditores.com/onofre
No hay comentarios:
Publicar un comentario